“Ojalá el sorteo nos ayude”, fueron las primeras palabras de Juan Martín Del Potro al pisar suelo brasileño para instalarse en la Villa Olímpica esperando el arranque de los Juegos Olímpicos. Al día siguiente el sorteo se realizó y la “suerte” de la “Torre de Tandil” dijo que su rival sería el número uno del mundo, el serbio Novak Djokovic.
Parecía que las chances eran una en un millón, la previa no era muy alentadora, el argentino volvió a jugar este año después de varias operaciones y muy lejos su mejor nivel. La suerte estaba echada, había que meter el batacazo.
El partido fue muy parejo, como era de esperarse. “Nole” mostrando que llegó a Río 2016 para volverse con la medalla, y “Delpo” dejando en evidencia que se había preparado especialmente para esto.
El “tandilense” tuvo una noche soñada, sacando bien, atacando y sorprendiendo a Djokovic, pero lo que fue fundamental, una derecha intratable, como nunca antes la habíamos visto, dejando parado en mas de una ocasión al número uno, mostrando carácter y mucha seguridad. Claro que hasta que se termine el partido, nada era seguro, ya que enfrente se encontraba el mejor de la actualidad.
Los parciales fueron 7-6 y 7-6, palo a palo, punto a punto, golpe a golpe, con paralelas, derechas cruzadas, aces, buenas devoluciones, en definitiva, un partidazo de tenis que además, nos dio la alegría de volver a ver a Del Potro jugar a la par del número uno y conseguir una victoria que hizo temblar a todo Río de Janeiro.
Señores… Del Potro está de vuelta!
