Las vitrinas se utilizan normalmente para organizar la vajilla y/o la cristalería. Con la instalación de la vitrina no solo logramos espacio de almacenaje útil, también ampliamos visualmente los espacios pequeños. Pero no todo son ventajas; las vitrinas son exigentes con el orden.
Las puertas acristaladas de las vitrinas dejan a la vista el interior del mueble y todo lo que este contiene. Esta característica es al mismo tiempo una ventaja y una desventaja. Ventaja porque en un solo golpe de vista podemos encontrar lo que buscamos; desventaja porque queda también de manifiesto nuestro orden/desorden.
En una cocina las vitrinas juegan un papel estético importante. Al reflejarse la luz en el cristal, conseguimos ampliar visualmente el espacio. Una característica especialmente a tener en cuenta cuando decoramos una cocina pequeña y deseamos dotarla de una mayor luminosidad y profundidad.
Podemos incorporar en la cocina las vitrinas como mueble independiente o bien integrarlas de forma modular en otro tipo de armario. Hoy en día son muchas las posibilidades que nos ofrece el mercado, por lo que resulta relativamente sencillo adaptarlas a espacios de características muy diferentes.
Hoy nos hemos fijado en las vitrinas de gran tamaño; aquellas que se convierten en protagonistas indiscutibles de la cocina. Las hemos visto en cocinas de estilos variados: rústicas, industriales, clásicas, modernas…. aportando cierta prestancia a la estancia. ¿No os parecen, ante todo, elegantes? Si buscáis darle un aire distinguido a la cocina y dotarla, al mismo tiempo, de mayor ligereza visual, las vitrinas son una estupenda propuesta.