María Eugenia Vidal fue la que quiso llevar a Esteban Bullrich como primer candidato a senador nacional y a Gladys González como segunda. No era lo que quería Mauricio Macri, que hubiera preferido a Jorge Macri, ni tampoco Marcos Peña, que por consejo de Jaime Durán Barba dijo en la mesa chica que era mejor la rubia que había metido al “Caballo” Suárez en la cárcel. La Gobernadora también corrió al presidente de la Cámara de Diputados, el bonaerense Emilio Monzó, del armado provincial.
Contra viento y marea, “la leona” Vidal dijo que quería ganar las primarias aunque sea por un voto y apretó el paso viajando a las localidades del interior para garantizar una diferencia favorable y recorriendo todo lo posible el conurbano para achicar la distancia con Unidad Ciudadana. No descuidó la gestión, tampoco. Varios funcionarios comentaron asombrados en la última semana su asombro porque la Gobernadora seguía sosteniendo reuniones que bien podrían realizarse después del 13 de agosto. “No quiere que nadie se relaje en ningún lado”, fue la explicación.
Vidal mostró el alto grado de profesionalización de su equipo. No solo con el acompañamiento político de su mano derecha, el jefe de Gabinete, Federico Salvai. También con el respaldo sustancial y cotidiano de Federico Suárez, el secretario de Comunicación bonaerense, un personaje clave en la construcción de la imagen de Mauricio Macri y del PRO. En la gestión, Roberto Gigante siguió el día a día de las obras públicas. En la seguridad y la lucha contra el narcotráfico, por supuesto, Cristian Ritondo.
Pero ese es solo su equipo básico. Después de dos décadas, a la provincia de Buenos Aires llegaron decenas de funcionarios con la firme decisión de poner en marcha la abandonada estructura de gobierno. Y dirigentes políticos jóvenes se fueron posicionando allí donde nadie imaginaba que podía gobernar alguien que no fuera peronista.
En Tres de Febrero revalidó su victoria Diego Valenzuela, en Lanús ganó Néstor Grindetti, Gabriel Pozzuto en Ituzaingó . También ganó Cambiemos en San Martín, en Hurlingham, casi gana en Quilmes, en Escobar y Pilar. Pero lo verdaderamente importante es cuánto crecieron los candidatos de Vidal en La Matanza, Lomas de Zamora, Florencio Varela, Almirante Brown.
Es que lo que volvió a demostrarse es que Cambiemos es una maquinaria electoral precisa, con base científica, de gran discusión interna hasta que decide la estrategia, para luego seguir el camino pautado con una rigidez que a veces asusta.
Arrancaron de atrás, con una economía que no terminaba de arrancar y candidatos desconocidos. Están acostumbrados a ser ninguneados y parece que les gusta que sea así, desafiando una y otra vez a los “expertos” de la política, que se ríen de sus apuestas que contradicen buena parte del manual de las prácticas ganadoras.
Tenían previsto ir en un crescendo. Infobae lo supo y lo escribió. Pero no imaginaba que el plan iba a ser respetado a rajatabla. Vidal frente al periodista kirchnerista Diego Brancantelli en Intratables fue el mejor cierre de campaña posible, con más de 7 puntos de rating y escenificando un debate que está instalado en la sociedad.
Muchos creen que Vidal puede ser candidata a presidenta en el 2019. No la conocen, ni tampoco al PRO. Nada de lo que haga la gobernadora de la provincia de Buenos Aires será por voluntad propia. No existen decisiones personales en esa mesa chica. Si Macri no quiere postularse, ella lo evaluará. Si no, jamás se lo ocurrirá algo semejante.
Eso no quiere decir que la Gobernadora piense en todo igual al Presidente. Desde que empezó a trabajar en política social se rodeó de peronistas. Algunos son más conocidos, como Salvai. Otros menos, como Santiago López Medrano, actual ministro de Desarrollo Social, o el mismo Alejandro Finocchiaro, hoy ministro de Educación de la Nación. Tiene menos prejuicios con los peronistas, quizás porque el padre de sus hijos, Ramiro Tagliaferro lo es, quizás por sencillo pragmatismo.
Lo que sí queda claro es que si Vidal se animó a disputarle el peronismo un territorio que consideraba cautivo, y ganó en el 2015, revalidando este año su victoria, no va a permitir compartir las decisiones adentro del territorio con nadie. Finalmente, ella es la que siempre puso el cuerpo, cuando nadie lo creía posible. Ni siquiera ella misma. Desde ayer, se consolida como la jefa territorial del principal distrito de la Argentina.
Por Silvia Mercado