El líder opositor Henrique Capriles denunció este domingo que 2.632 personas han sido detenidas en 51 días de protestas contra el régimen militar de Nicolás Maduro, que, aseguró, dejan además 13.000 heridos.
“Van 2.632 personas detenidas. Siguen detenidas, presas, 1.050 personas”, advirtió Capriles en una transmisión a través de Periscope.
El dos veces candidato a la presidencia venezolana afirmó que en los Altos Mirandinos, una zona aledaña a Caracas donde se han registrado bloqueos y saqueos de comercios, se registran 270 detenciones.
Capriles denunció que “331 civiles han sido llevados a los tribunales militares” y 168 permanecen detenidos bajo la “jurisdicción militar”.
“El Ministerio Público habla de 48 personas asesinadas”, añadió el dirigente del partido Primero Justicia, al tiempo que señaló que hay otras ONG que “hablan de más de 50 venezolanos asesinados”.
Admitió que la diferencia de cifras sobre fallecidos se debe a que “hay unos casos que se están investigando” para determinar si se debieron a la violencia o están vinculadas a la “lucha por restablecer la Constitución del pueblo venezolano”.
Este domingo otro joven, Alejandro Aguilar, murió tras recibir un disparo en el pecho por parte de las agrupaciones vinculadas al régimen de Nicolás Maduro, elevando a 60 el número de víctimas.
Según el dirigente opositor, diariamente “se contabilizan más de 300 heridos”.
“Solo en Caracas se han reportado más de 1.300 heridos, eso son (de los) que tenemos reporte, o sea, que llegan a algún centro de salud que después podemos nosotros obtener la información, pero son muchos más”, alertó.
Explicó que este sábado hubo 18 personas detenidas: ocho en el estado Yaracuy, tres en Anzoátegui, tres en Portuguesa, dos en Táchira y dos en Caracas.
“Y ayer tenemos reportados (que) al menos 120 personas resultaron heridas, 90 en Caracas y 30 en nuestros Altos Mirandinos”, complementó Capriles, que es gobernador del estado Miranda (centro), donde está esa zona.
Venezuela vive desde el pasado 1 de abril manifestaciones en contra del régimen chavista, que se desataron después que el Tribual Supremo asumiera las competencias de la Asamblea Legislativa y, posteriormente, Nicolás Maduro convocara una Asamblea Constituyente para postergar las elecciones y modificar la Constitución.