“Nunca compartí la idea de que hay que tener o pertenecer a una firma grande para hacer trabajo valioso”. Ése es el arquitecto Craig Steely, en un tuit. No hay duda de que consiguió lo que quería. Sus obras están en las tapas de las publicaciones más vanguardistas; en SF, Napa o Hawai (donde hizo siete casas sobre un río de lava petrificado) todas tienen el sabor de lo experimental. Y basta verlas en craigsteely.com (a varias tuvimos la fortuna de conocerlas en vivo) para sentir emoción, una felicidad. Un tipo cool con todas las letras, que tiene lo que quiere como resultado de un proceso de elección constante: desde la biblioteca del living, hasta el cliente que toma o su modo de hacer surf “sin obsesionarse”.
¿Cómo se condice tu deseo de calma con tener acá mismo tu oficina?
Para mí es menos estresante. Me siento libre de trabajar cuando la inspiración me mueve, y no de 9 a 5. Me encanta poder bajar a dibujar si se me ocurre una idea el fin de semana: no me tengo que subir a un auto, mis cosas están acá mismo. Y más allá de eso, me gusta que los clientes vengan a una casa y vean cómo vivo, la arquitectura en acción. En mi caso, atrae el tipo de clientes correcto.
¿Cómo los definirías?
Gente abierta a la experimentación, sensibles a la belleza y el diseño. Son los que me empujan a ser más innovador porque les gusta probar, arriesgarse. No hay que ser ingenuos: la ciudad está floreciendo económicamente y se siente esa energía demandante del dinero. Pero si eso es todo lo que hay, no es una relación que vaya a prosperar.
En SF ¿es común trabajar desde casa?
En mi calle (y barrio diría), la mitad trabaja desde su casa. La gente tiene horarios más flexibles, o bien dos o tres trabajos part-time que complementan con unas horas de Uber
¿Qué rasgo personal se refleja en tu casa?
Nuestra necesidad de estar afuera, plasmada en la terraza, que antes no existía: era puro techo. En la última obra pusimos el living con la cocina arriba, con esa importante proporción de deck. Pudimos haber tenido más metros cubiertos, pero para nosotros era primordial tener partes iguales de interior y exterior. Otra cosa que la casa revela es que nos gusta que haya mucho movimiento todo el tiempo: familia, amigos, empleados (que son amigos, porque trabajamos juntos desde hace 20 años), clientes. No tenemos para nada ese concepto de casa-refugio.
REFORMA SF: CÓMO CRAIG STEELY SUPERÓ LA PRUEBA
“Estamos en una zona que nos permite movernos con libertad, por eso remodelamos la casa cuatro veces: cada vez que buscábamos otra, nos parecía que quedaba lejísimos de todo”.
“Hasta hace diez años, SF era más bien un cliché pintoresco, pero surgieron muy buenos proyectos de arquitectura moderna”.
“Cómo pude hacer una casa moderna en esta parte de la ciudad, tan regulada, despierta enorme curiosidad. Pero vivimos acá desde hace veinte años y conocemos a todos nuestros vecinos: un cambio así tiene que ser aceptado por toda la cuadra, además de por la Municipalidad”.
“En el fondo, la gente que está a favor de la preservación ama la buena arquitectura. Se puede neutralizar la animosidad llevando la conversación a la diferencia entre buena y mala arquitectura”.
“¿Qué atrae de lo antiguo? La calidad artesanal. Entonces, le mostramos al comité nuestro compromiso con esa calidad. Además, lo cierto es que hoy no puede construir como antes: los materiales son distintos. Nuestro argumento es que esas casas usaban la tecnología de esa época. Nosotros hacemos lo mismo en el tiempo que nos toca. Esforzándonos por lograr ese nivel de detalle y proporción”.
Por Daniel Karp