Michael Stepien no pudo presenciar el casamiento de su hija. Lo asesinaron en 2006. Pero su corazón, que estaba en perfecto estado, fue donado y salvó al vida de Arthur Thomas. Diez años después, este hombre entró a la iglesia del brazo de la hija de su donante, en reemplazo de su padre.
“Estaba tan agradecida de que mi padre pudiera estar aquí hoy con nosotros en espíritu y corazón. Fue muy especial”, contó la joven estadounidense, llamada Jeni Stepien. “Fue el mejor día de mi vida”, definió.
En una entrevista con CBS Pittsburgh, la chica dijo que la boda no hubiera sido igual sin Arthur Thomas. Para participar en este evento tan especial, el hombre viajó con su esposa desde Nueva Jersey hasta la iglesia de San Anselmo, en Pensilvania. Durante los preparativos para el casamiento, Jeni le había pedido si podía reemplazar a su padre y ocupar el rol de padrino.
“Me escribió una carta, y me dijo: `Querido Tom, soy la hija del hombre cuyo corazón está dentro suyo, y me voy a casar el 6 de agosto. Una cosa más, si usted está dispuesto, ¿caminaría conmigo por el pasillo de la iglesia?`”, contó Arthur Thomas.
“Fue un honor acompañar al altar a la hija del hombre que te ha regalado su corazón”, completó el hombre que oficializó de padrino. Había estado 16 años esperando un corazón. “Estaba a las puertas de la muerte cuando Michael fue asesinado. De no ser por él, hubiera muerto en los días siguientes”, explicó.
Desde que recibió el corazón, en 2006, Thomas y la familia del donante hablaban por teléfono, se enviaban regalos e intercambiaban cartas. Pero nunca se habían visto personalmente. Hasta ahora, el día más feliz de la vida de Jeni.