La huerta se halla en El Pato, localidad de Buenos Aires, y es propiedad de la familia Castillo. Es una hectárea y media de tierra dedicada exclusivamente a la producción orgánica de una gran variedad de frutas y verduras, y un perfecto modelo de agricultura familiar que apuesta por la agroecología.
La familia cuenta con el apoyo del Proyecto de Extensión de la Universidad de Buenos Aires denominado “Manejo sanitario sustentable en una transición hacia la producción agroecológica de flores y hortalizas”, del cual forman parte estudiantes y docentes de la Facultad de Agronomía de la UBA, quienes trabajan en conjunto con el Senasa, el INTA y la Secretaría de Agricultura Familiar.
La producción agroecológica es una alternativa al laboreo convencional de la tierra, la cual busca la aplicación de conceptos y principios ecológicos en los ecosistemas agrícolas para lograr una mayor sostenibilidad, tanto a nivel del cultivo como de las sociedades locales que lo producen.
“El sistema de producción se basa en la diversificación de especies, en no aplicar agroquímicos, seleccionar los vegetales que pueden colaborar con el control de plagas, dejar siempre corredores biológicos que permitan que ahí sobrevivan las plagas e ir probando y seleccionando microorganismos que puedan ser utilizados para el control de enfermedades”, explicó Eduardo Wright, docente de Fitopatología del Proyecto.
En sus inicios la familia Castillo solía fumigar la tierra con agroquímicos, hasta que el manejo de los mismos comenzó a dañar la salud de Bernardo, padre del grupo familiar. “Yo empecé enfermándome muy mal, hasta que me tuvieron que operar la vesícula. Luego intenté volver a fumigar con los químicos que siempre usábamos y casi me muero”, expresa mientras hace memoria de aquellas horas que pasó en cama y visitando hospitales; hasta que luego de una serie de estudios, los médicos le diagnosticaron intoxicación por agroquímicos.
La familia cuenta con el apoyo del Proyecto de Extensión de la Universidad de Buenos Aires denominado “Manejo sanitario sustentable en una transición hacia la producción agroecológica de flores y hortalizas”, del cual forman parte estudiantes y docentes de la Facultad de Agronomía de la UBA, quienes trabajan en conjunto con el Senasa, el INTA y la Secretaría de Agricultura Familiar.
La producción agroecológica es una alternativa al laboreo convencional de la tierra, la cual busca la aplicación de conceptos y principios ecológicos en los ecosistemas agrícolas para lograr una mayor sostenibilidad, tanto a nivel del cultivo como de las sociedades locales que lo producen.
“El sistema de producción se basa en la diversificación de especies, en no aplicar agroquímicos, seleccionar los vegetales que pueden colaborar con el control de plagas, dejar siempre corredores biológicos que permitan que ahí sobrevivan las plagas e ir probando y seleccionando microorganismos que puedan ser utilizados para el control de enfermedades”, explicó Eduardo Wright, docente de Fitopatología del Proyecto.
En sus inicios la familia Castillo solía fumigar la tierra con agroquímicos, hasta que el manejo de los mismos comenzó a dañar la salud de Bernardo, padre del grupo familiar. “Yo empecé enfermándome muy mal, hasta que me tuvieron que operar la vesícula. Luego intenté volver a fumigar con los químicos que siempre usábamos y casi me muero”, expresa mientras hace memoria de aquellas horas que pasó en cama y visitando hospitales; hasta que luego de una serie de estudios, los médicos le diagnosticaron intoxicación por agroquímicos.