“Somos británicos como cualquier otro”. Esa fue la defensa que intentaron esgrimir Braintear Spookie y su novia, Summerlyn Farquharson, ambos de origen jamaiquino y ahora en problemas con la Justicia inglesa. Ellos fueron los organizadores de la salvaje fiesta swinger que terminó a los disparos, con un muerto y heridos.
Millonarios como consecuencia de una desgracia desde hace muy pocos años, Spookie es un artista jamaiquino que ahora dice ser discriminado por su origen, luego de que estallara el escándalo en la propiedad que ocupa desde hace dos años y medio.
Pero la realidad es otra. Por tercer año consecutivo, este cantante y bailarín –junto a su pareja– organizó una salvaje fiesta sexual en uno de los vecindarios más tranquilos y exclusivos de Surrey, en el Reino Unido. La inmensa propiedad está situada en la calle Church, en Headley.
Durante esa celebración swinger, un hombre de 34 años murió luego de que uno de los invitados le disparara en el pecho. El agresor fue detenido 12 horas después junto a un cómplice.
Luego de declarar que no estaba en el momento del hecho, Farquharson intentó mostrarse como una víctima de la tragedia. Se quejó públicamente y dijo que desde que se conoció el hecho, sufre ataques racistas en las redes. “Estamos recibiendo muchos mensajes dolorosos. Piden que volvamos a África, pero no somos de África, somos británicos como cualquier otro, tenemos derecho de estar aquí”.
En sus perfiles, ambos muestran una vida llena de excesos. Marihuana, champagne, montañas de dinero en efectivo, autos de lujo. Este buen vivir comenzó en 2014, producto de una desgracia familiar. Fue luego de que la mujer recibiera una indemnización de más de 4 millones de dólares por parte del Whittington Hospital, al norte de Londres. Fue porque al nacer su hijo, en 2009, quedó sin oxígeno, lo que le causó daño cerebral y parálisis.
A los pocos meses de cobrar esa fortuna, ella y su novio decidieron mudar a la familia a la exclusiva mansión de Headley, por la que pagan más de 6.500 dólares al mes. A partir de ese momento, creyeron conveniente comenzar a organizar fiestas masivas en la propiedad, para más de 400 personas.
Y desde ese entonces los vecinos están furiosos con lo que allí ocurre. Esta vez, las quejas tenían una razón válida. Alrededor de las 2 de la mañana del lunes, en medio de la fiesta, un grupo de yardies –término usado para los descendientes de jamaiquinos con vínculos criminales– irrumpió en la fiesta. Spookie iniciaba su show, cuando comenzaron los disparos.
Farquharson intentó una justificación: “Es mi casa, pero no estaba allí cuando comenzó todo. Antes del tiroteo, todo estaba bien y luego vino el caos. Nunca antes tuvimos problemas”. Además, intentó desmentir que se trataba de una celebración swinger. “Era una fiesta inocente, no era una fiesta sexual”. Sin embargo, testigos aseguraron que a lo largo del jardín y de los alrededores podían encontrarse condones, lo que confirma la verdadera naturaleza del evento.
El vecindario no sale de su asombro. “Estoy conmovido. Cosas como estas no suceden en Headley. Esto es tranquilo, silencioso”, dijo un ex residente, quien alquiló durante cinco años la mansión. “El dueño es un hombre parapléjico que vive en Kinswood. Construyó la piscina interior para ejercitarse”.