Una cápsula del tiempo enterrada por los nazis vuelve a ver la luz 82 años después

El cilindro de cobre fue enterrado por un grupo de oficiales nazis durante un acto simbólico para celebrar la construcción de un centro de entrenamiento en Falkenburg, en la actual Polonia

Falkenburg, hoy conocida como Zlocieniec, fue una ciudad alemana desde la Baja Edad Media hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, cuando fue transferida a Polonia como parte de los acuerdos de la Conferencia de Potsdam. En los años treinta, los nazis construyeron tres centros de entrenamiento para adoctrinar a jóvenes alemanes de familias pudientes y convertirlos en futuros líderes del partido. La condición física de los candidatos tenía que ser óptima, tenían que preservar la pureza racial, que tanto obsesionaba a los nazis, y no podían tener defectos hereditarios. Ordensburg Krössinsee fue uno de estos tres centros, construido cerca de Falkenburg en 1936, tres años antes de la invasión alemana de Polonia.

El ambicioso proyecto, diseñado por Clemenz Klotz, uno de los arquitectos de Hitler, se comenzó a edificar en abril de 1934 y, como se puede apreciar en las fotografías en blanco y negro, se celebró un acto simbólico que reunió a una multitud de oficiales nazis, ataviados con sus clásicos uniformes y sus esvásticas bien visibles. En un foso circular, cavado para asentar una de las imponentes torres del centro, depositaron una cápsula del tiempo, un recipiente hermético utilizado para guardar mensajes y objetos propios de una época que eventualmente pueden ser descubiertos por las generaciones futuras.

La cápsula del tiempo enterrada por los oficiales nazis ha vuelto a ver la luz 82 años después, probablemente antes de lo que esperaban. En ese lapso de tiempo el mundo ha estado a punto de desintegrarse. La Segunda Guerra Mundial finalizó y Alemania acabó en ruinas. Los cabecillas nazis se suicidaron, huyeron o acabaron siendo juzgados. ¿Qué metieron dentro de la cápsula del tiempo? ¿Qué diabólico mensaje querían perpetuar?

¿Qué metieron dentro de la cápsula? ¿Qué diabólico mensaje querían perpetuar?

Los historiadores sabían dónde podía estar la primera piedra o la cápsula del tiempo que marcaba el inicio de la construcción, pues el complejo no quedó completamente destruido tras la debacle nazi y, de hecho, fue reutilizado por el ejército polaco, que continúa alojado en el lugar. Los arqueólogos no han podido desenterrar el misterioso objeto durante décadas, pero finalmente lo lograron el pasado 6 de septiembre tras sortear varios obstáculos durante las excavaciones: hormigón reforzado, aguas subterráneas e incluso minas ocultas. El cilindro de cobre ennegrecido fue extraído del fondo con gran júbilo y después fue trasladado al Museo Nacional de Szczecin, donde se abrió cuidadosamente con una minisierra circular. Los arqueólogos, dirigidos por Marcin Peterleitner, se asombraron al comprobar el estado de conservación del contenido. En el interior había…

Monedas, fotografías, periódicos, libros y un pergamino sellado con cera, el documento fundacional del centro. Un compendio de propaganda nazi que en aquella época aún reflejaba el optimismo del flamante Estado y que no dejaba entrever el terror que se avecinaba. Las monedas son del Tercer Reich, en las fotografías aparecen dirigentes nazis y vistas de Falkenburg, los periódicos son de la época (Pommersche Zeitung y Völkischer Beobachter, entre otros), los libros son del año 1933 y conmemoran el 600 aniversario de la fundación de la ciudad y… hay dos ejemplares de Mein Kampf, la perversa obra de Hitler, quien inauguró el centro Ordensburg Krössinsee en abril de 1936, dos años después del acto fundacional.