Harvey fue vista por todo tipo de especialistas, pero ninguno de ellos sabe qué es lo que le pasa. Como si fuese poco, no solo le sangran los ojos, sino también las orejas, la nariz, la lengua y las uñas.
“Me quema y cuando cubren mi pupilas, como ocurre usualmente con las lágrimas, no puedo ver”, le cuenta Harvey a la BBC.
En el 2013 la adolescente tosió sangre y si bien los especialistas le dijeron que no era nada grave, tiempo después, en el 2015, una mañana amaneció toda cubierta de sangre que le había salido de sus ojos.