sueño de todo amante del deporte es participar en un Juego Olímpico. Y si no que lo diga Frank Olmos, un venezolano que literalmente dejó todo atrás para embarcarse en una aventura que lo depositó en Río de Janeiro tras una travesía de tres días para unirse al staff de más de 50.000 voluntarios que habrá en la ciudad carioca.
A los 26 años, este profesor de escuela secundaria decidió que era tiempo de hacer honor a la frase que lo grafica en la biografía de su cuenta de Twitter (@olmosfrank1), donde dice: “Simplemente hay que hacer lo que realmente te haga FELIZ”.
“Solo he venido a ayudar en lo que pueda”, declaró Frank al sitio Rio2016.com. Y, extasiado, contó que debió vender prácticamente todas sus pertenencias, pedir ayuda a amigos e incluso recurrir al auxilio de desconocidos para hacer real su sueño. A través de las redes sociales, dio a conocer su historia y la gente se solidarizó con su ilusión.
Así, tras meses de planear una estrategia financiera que le permitiera ver a los anillos de cerca, Frank Olmos emprendió un viaje que, aunque tuvo un comienzo agotador, recién empieza.
Fueron más de tres días los que pasaron desde que dejó su Caracas natal hasta que pisó suelo carioca. En el medio, debió recorrer más de 6.000 kilómetros, divididos en tres etapas. Desde la capital venezolana se tomó un micro que lo dejó en Puerto Ordaz tras 24 horas de viaje. De allí, otro colectivo que al día siguiente lo depositó en la frontera con Brasil.