Un sacerdote perdió en apuestas USD 500 mil destinados a los refugiados

Amer Saka, clérigo de la Iglesia católica caldea de San José, en Ontario, admitió que los fondos recaudados para ayudar a nuevos inmigrantes que llegan a Canadá desaparecieron. "Me llamó por teléfono y me dijo que perdió todo el dinero", reveló a The Star el obispo de la congregación Emanuel Shaleta.

Saka confesó a fines de febrero, antes de ingresar de manera voluntaria en un instituto contra las adicciones y otras patologías. Poco después, la policía local recibió una denuncia por supuesta apropiación ilegal de financiamiento e inició la pesquisa.
Monseñor Murray Kroetsch, líder de la diócesis de Hamilton que conduce el programa de ayuda, afirmó que Saka era el encargado de las tareas de recaudación de fondos para refugiados de Irak y ya había hecho la solicitud para recibir a 20 personas y costear los gastos de estas. Diez de ellas ya arribaron.
“Queremos asegurar a los refugiados que nuestra parte del acuerdo sigue firme y que el dinero será provisto para que se sientan seguros y ayudarlos a establecerse en el país”, expresó.
Cada patrocinio cuesta alrededor de 6 mil dólares por persona, o unos 20 a 25 mil dólares por familia. La ayuda debe ser mantenida por, al menos, cinco años desde la llegada al país, según las normas firmadas por la oficina de Inmigración de Canadá.
La Iglesia caldea, con base en Bagdad, integra la Iglesia católica y representa a los feligreses iraquíes y de países cercanos. Muchas de las donaciones son realizadas por iraquíes residentes en Canadá, quienes intentan ayudar a sus familiares a salir de su país de origen y escapar de la crisis humanitaria.