“Anoche no dormimos con mi señora, porque en cualquier momento se nos viene toda nuestra casa encima”, graficó Marcelo Domínguez, vecino del barrio Belgrano, uno de los más complicados junto con los de Fátima y Villa Urquiza.
El agua de las napas “va cavando por abajo, todos los días se cae un poquito más, y ya se nos fueron 12 metros del patio” de la casa que se ubica al lado del Club Riberas del Paraná, contó.
“Somos cinco personas -mi señora, dos hijos y un nieto de tres años- que no dormimos desde el primer derrumbe, que fue una explosión bárbara”, afirmó, y comentó: “Vivimos acá hace 10 años y mi señora hace 50, y nunca pasó algo así”.
También del barrio Belgrano, Ana Oviedo sostuvo que fueron “diez días de lluvia seguida y 28 en el último mes y no se seca ni se puede hacer nada”.
“Hace 10 años vivimos acá y nunca pasó algo así”
Abajo de su vivienda corre agua y ya está cediendo la parte de atrás. “En la pieza de mi hijo, de un año, se rompió la pared y quedó la mitad de la habitación a la deriva”, contó, y sostuvo que la situación es “triste y desesperante, con la última lluvia se desmoronó aún más pero hace 10 años vivimos acá y nunca pasó algo así”.
Por su parte, Liliana, vecina de la zona, explicó que “es lamentable vivir una situación así, el sacrificio de toda una vida lo vimos derrumbarse en una noche”.
En el mismo sentido, Claudio Muñoz contó que duermen en cuatro dormitorios y aseguró que la situación “es alarmante porque se hicieron obras que no sirvieron de nada” porque el agua “ya está carcomiendo a pocos metros de nuestra vivienda”.
“Las veredas se están rajando y anoche vimos cómo el agua carcomía por debajo el asfalto, en pocos días llega a nuestras casas”, relató Ricardo Gómez, vecino del barrio Fátima.
Contó que las fuertes lluvias, de más de 300 milímetros en 48 horas, “profundizaron el desmoronamiento de la ladera, se tuvo que cortar la calle y caminamos con precaución”.
Jorge Pereyra, también vecino de ese barrio, recordó que años atrás “había casas en toda la costanera, el terreno era plano y se hundió todo: se caían cuatro metros por semana”.
La vereda “se cayó por completo sobre la costanera y se está acercando nuestras viviendas”, explicó Claudia Yomaz.
En tanto, la vecina Rosalía González declaró que con los movimientos se cayó un poste de luz que le rompió una pared y le inundó la cocina y la habitación. “Como pude saqué todo”, acotó.
El Club Riberas del Paraná, fundado en 1943 y ubicado en el barrio Belgrano, “tenía una infraestructura muy bonita, práctica y funcional, y la está perdiendo poco a poco”, lamentó por su parte el viceintendente Amílcar Genre Bert, quien detalló que “ya cayó y se perdió el salón de eventos, la cocina, los baños y parte de la cancha de bochas”.
“En poco tiempo va a llegar a muchas casas y es mucho el daño que se puede provocar en la cultura de nuestro pueblo si no hay una acción rápida”, dijo el funcionario, e indicó que el primer estudio sobre el terreno “es antiguo, data de 1950”, y ya allí especialistas “auguraron un desmoronamiento de la ciudad hasta la plaza Centenario, en el centro de Santa Elena”.
“El pueblo iba a perder 400 metros de barrancas, ya se perdieron 100 y el problema es que en los próximos 100 está el asentamiento más grande, donde en los próximos años más de 500 casas tienen el mismo destino”, explicó.
Genre Bert dijo que “en los últimos dos años más de 200 familias fueron trasladadas a otra zona”, lo que afecta “a la situación cultural de la ciudad, porque nacieron frente al río y se criaron con la naturaleza en frente”.
Por su parte, el secretario de Gobierno, Guillermo Vega, señaló que “más de 6.000 personas corren riesgo de desmoronamiento y de perder todas sus viviendas”, en una ciudad que tiene poco más de 20.000 habitantes.
La inundación “produjo un fuerte anegamiento que afectó a más de 1.000 viviendas, y actualmente hay unos 200 evacuados y 150 autoevacuados”, aunque la situación crítica “es por la estructuración del suelo, donde indudablemente la lluvia aceleró el proceso de desmoronamiento”, explicó.
Aunque tiempo atrás se realizó una obra de contención, “el problema viene desde hace muchos años, como en toda la costa del Paraná con las barrancas, pero nuestra ciudad es la más afectada por la cercanía a las viviendas”, señaló el funcionario comunal.