El osito tenía hambre y empezó a buscar pot todos lados. La camioneta, estacionada en la puerta de la casa de los McClanahan en Roanoke, Virginia, estaba destrabada. Y allí fue el animalito en busca de alimento.
MIentras tanto, Ryan McClanahan dormía junto a su esposa cuando la bocina de la camioneta empezó a sonar si pausa. Cuando sale a ver qué pasaba, encuentra a un oso negro de 200 kilos atrapado en el vehículo y pegandole desesperadamente a la bocina.
Ryan llamó a la policía y uno de los oficiales abrió la puerta trasera. El osito salió corriendo hacia el bosque. Había encontrado algo de comida en la camioneta y solo provocó daños menores.
“¡Nuestros oficiales nunca saben lo que pueden encontrar en el trabajo!, posteó en Facebook la cuenta oficial de la policía de Roanoke.