Compiten para preparar las mejores fiestas en autobuses, tomar cerveza a raudales, bailar y cantar noches enteras, tener todo el sexo posible en el camino y llevar a cabo una serie de insólitos desafíos durante un mes entero.
Se llama Russ (una abreviatura de una vieja celebración nórdica llamada Russefering), comienza a mediados de abril y termina el 17 de mayo, el Día de la Constitución y fiesta nacional noruega. La protagonizan los adolescentes noruegos que están por terminar sus estudios secundarios y es, quizá, la fiesta de adolescentes más salvaje del mundo.
“Cuando ves películas estadounidenses tienes la impresión de que hacen fiestas muy locas, pero nosotros tenemos la celebración más descontrolada aquí en Noruega”, dijo a Associated Press Frederik Helgesenn, un joven que lidera el comité Russ en su escuela del oeste de Oslo. “No creo que haya nada en el mundo como esto”.
Lo adolescentes se juntan en grupo de entre 15 y 25 y alquilan un bus al que decoran y preparan como una disco ambulante con diferentes pistas. El costo de preparar cada bus puede llegar hasta los 120 mil dólares.
Una vez que el bus está listo, los jóvenes se visten con un overol rojo y azul (russebukse), contratan un chofer y parten a las rutas por los fiordos noruegos y van parando en diferentes festivales musicales. La principal parada es en el Kongerparken, un parque en las afueras de la ciudad de Stavanger, donde se realiza una rave de tres días en las que se juntan unos 15 mil adolescentes.
Los buses de todo el país compiten para ser los que preparan las mejores fiestas y atraen más gente.
Cuando no están de fiesta, los adolescentes compiten en diferentes desafíos, como deambular todo un día con panes en los pies, tomar una cerveza con dos tampones en la boca, comerse una hamburguesa de McDonald´s en dos bocados, tener sexo a la intemperie y a la vista de todos o beber 24 tragos alcohólicos diferentes durante un día.
Los ganadores de cada competencia reciben una insignia alusiva que van colgando de su cuello.
En los últimos años, ha crecido la preocupación en Noruega por los excesos y descontrol del Russ, que suele terminar con algunos jóvenes heridos. Por eso, han aparecido nuevos desafíos para la fiesta que tienen que ver con realizarse tests para prevenir enfermedades de transmisión sexual o llevar comida a comedores sociales.