En la madrugada del viernes, la sede del club Macabi de Santa Fe fue víctima de un ataque xenófobo. Rompieron una ventana con una botella llena con cemento, que tenía notas intimidantes.”Esto fue un aviso. La próxima explota”, se podía leer en uno de los mensajes y el otro estaba escrito en árabe: “Allahu-àkbar” (Alá es el más grande)
El presidente de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) santafesina, Horacio Roitman, le explicó al diario Uno qué fue lo que sucedió. “Después de las 8, personal que realiza habitualmente la limpieza en las instalaciones halló en la vereda una botella de plástico con cemento que había sido arrojada a una de las ventanas”, dijo.
Pablo Farías, ministro de Gobierno santafesino, recibió a Roitman y a otros integrantes de la DAIA. En los próximos días, prevén que los reciba el ministro de Seguridad de esa provincia, Maximiliano Pullaro.
Este hecho generó preocupación dentro y fuera de la colectividad judía. No es el primer acto relacionado al terrorismo musulmán en América Latina. El antecedente más cercano fue en marzo: David Fremd(55), un comerciante judío de Paysandú, fue apuñalado y asesinado a plena luz del día. En esa oportunidad, su atacante gritó: “Alá es grande”.
