Después de saludar con un tuit la muerte de Fidel Castro, el presidente electo de EE.UU., Donald Trump, dijo que el líder cubano fue un “dictador brutal” que “oprimió a su propio pueblo” y aseguró que hará “todo” para que los cubanos comiencen un camino hacia la “prosperidad y la libertad”.
“Hoy el mundo es testigo del deceso de un dictador brutal que oprimió a su propio pueblo por casi seis décadas”, expresó Trump en una nota oficial, quien también sugirió que podría revertir el reciente reacercamiento entre Washington y La Habana.
“Si bien Cuba sigue siendo una isla totalitaria, mi esperanza es que hoy marque un alejamiento de los horrores soportados durante demasiado tiempo y hacia un futuro en el que el maravilloso pueblo cubano finalmente viva en la libertad que tanto merece”, afirmó.
“Aunque las tragedias, muertes y dolor provocados por Fidel Castro no pueden ser borrados, nuestra administración hará todo para asegurar que los cubanos puedan finalmente comenzar su camino hacia la prosperidad y la libertad”, expresó el republicano.
Fiel a la retórica utilizada en su campaña electoral, en la que recibió el apoyo de exiliados antiocastristas, Trump señaló que “el legado de Fidel Castro es el de los pelotones de fusilamiento, robo, sufrimiento inimaginable, pobreza y la negativa de derechos humanos fundamentales”.
Aunque en las primarias, Trump fue el único aspirante republicano que apoyó la apertura a Cuba, durante la campaña, también prometió que “revocaría” las medidas ejecutivas de Obama “a no ser que el régimen de los Castro” restaure “las libertades en la isla”.
Poco antes, el presidente Barack Obama trasladó sus condolencias a los cubanos por la muerte de Fidel Castro y aprovechó la oportunidad para extenderles “una mano de amistad”.
“Durante mi presidencia, hemos trabajado duro para poner el pasado detrás nuestro”, dijo el mandatario estadounidense. También afirmó que la Historia “juzgará el impacto” que Fidel tuvo en la isla y el resto del mundo.