La información filtrada estaría relacionada con la posibilidad de que computadoras portátiles puedan ser utilizados en vuelo para realizar algún tipo de ataque terrorista, algo que ya llevó a EEUU a prohibir que puedan ser llevadas en el equipaje de mano en vuelos procedentes de Oriente Medio.
Según la exclusiva del periódico, Trump discutió con los rusos las capacidades de espionaje de un aliado estadounidense clave que obtuvo la información sobre esos planes del EI.
Además, Trump reveló el territorio bajo control de los yihadistas donde el socio estadounidense consiguió la información secreta de espionaje, indicó la agencia EFE.
La Casa Blanca inmediatamente informó a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) para reducir el impacto de las revelaciones que, pese a no revelar métodos de espionaje utilizados, podría afectar a la capacidad de Washington y sus aliados para detectar nuevas amenazas.
El socio estadounidense que proveyó a Washington con esta información clasificada sobre el EI no autorizó compartir estos secretos con Rusia, por lo que la cooperación en inteligencia puede verse afectada.
Pese a todo, el presidente estadounidense tiene protección ante la ley para compartir y transmitir información clasificada, por lo que no habría incurrido en una ilegalidad, como sí habría ocurrido en el caso de cualquier otro funcionario estadounidense.
La Casa Blanca tildó de “falsa” la filtración publicada por The Washington Post. “El artículo es falso”, apuntó en una breve comparecencia el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, el teniente general H.R. McMaster, quien aseguró que Trump no reveló “fuentes, métodos o operaciones militares” a Lavrov, pese a que el diario no habla de eso en su información.