Juan Martín del Potro jugó con el alma, al igual que todo el año. El tandilense derrotó a Marin Cilic en un partido que quedará en la historia. Levantó dos sets abajo y le ganó al número 6 del mundo por 6-7, 2-6, 7-5, 6-4 y 6-3.
Del Potro sintió el cansancio de haber jugado los tres días, pero sabía que valía la pena hacer el último esfuerzo del año. Sin embargo, la buena preparación física del croata (Delpo no hizo pretemporada y se reintegró al circuito en febrero) hizo que sacara diferencias en los primeros sets.
El primer set fue muy cambiante a tal punto que el argentino remontó un 4-1 abajo para llevar al partido al tie Break. Sin embargo, Cilic hizo gala de su buen tenis y se llevó el primer parcial por 7-6. En el segundo set la cosa fue muy distinta: el tandilense tuvo un muy mal juego y fue casi barrido por su rival que le ganó por 6-2.
El secreto de Marin Cilic durante todo el partido fue su gran saque. No sólo lo ayudo para sumar puntos, sino que también lo salvó de varios contratiempos y en difiniciones importantes.
Pero a partir del tercer set todo cambió. El argentino salcó a relucir todo su repertorio y ganó los tres sets restantes. La verdad es que resulta casi inexplicable como Del Potro levantó este partudo. Son cosas que hacen los elegidos. El tandilense pegó en los momentos claves y supo reponerse a un partido que casi tenía perdido.
Ahora Federico Delbonis tendrá toda la responsabilidad: puede ser el encargado de que el equipo argentino levante la Ensaladera de Plata por primera vez en su historia. Para eso debe ganarle a Ivo Karlovic, quién el viernes cayó ante Del Potro.