Durante más de tres horas y por momentos quebrada por el llanto, Vanessa Rial trató de resumir ante el Tribunal Penal de La Plata el calvario y la humillación que vivió en los casi dos meses que estuvo secuestrada por Jorge Martínez Poch. El hombre enfrenta también la denuncia de sus dos hijas. Está acusado de corrupción de menores y abuso de menores agravado, privación ilegítima de la libertad y abuso sexual con acceso carnal gravemente ultrajante. También pidieron la ampliación por violencia de género.
“Vos no valés nada y yo soy superior, yo fumo debajo del agua”, contó que le decía el DJ, quien se jactaba de tener importantes contactos para garantizarle su impunidad. Tan seguro estaba, que su crueldad no tenía límites.
“Aún le tengo miedo. Sólo si queda preso voy a poder hacer mi vida en paz”.
Vanessa recordó que durante su cautiverio no sólo la drogaba y le pegaba. La violaron tanto él como sus amigos, la obligaba a realizar prácticas sexuales con una perra, a beber su orina y hasta llegó a arrancarle uñas de los pies. “Yo quería escapar, pero no tenia voluntad debido al alcohol y las pastillas que me obligaba a tomar”, explicó.
No podía escapar entonces, y todavía no lo consiguió del todo. La mujer sigue con tratamiento psiquiátrico y toma medicación para no tener alucinaciones con el hombre que le destrozó la vida. “Me siento perseguida. Es horrible vivir así y trato de salir adelante, aunque a veces siento mucho dolor por todo lo que pasé”.
Martínez Poch está detenido desde hace casi tres años con prisión preventiva y podría recibir una pena de ocho. Durante los próximos días se espera que declaren más de 60 testigos en el juicio, que terminaría a fines de este mes.
“POR PRESCRIPCIÓN MÉDICA NO PODEMOS ESCUCHAR SU VOZ”
Vanessa Rial habló con TN el día después de su declaración ante el Tribunal penal de La Plata. Contó cómo sigue su vida tras el calvario que le tocó vivir por culpa de Martínez Poch. Dijo que las hijas del acusado también sufren trauma psicológico. “No podemos escuchar su voz, menos mirarlo”. Y confirmó que las hijas se tapan los oídos al escuchar la voz de su padre.
Rial pide Justicia y se muestra confiada: “Él me sigue amenazando pero yo confío en que habrá un fallo ejemplar”. Poch podría ser condenado a 8 años de prisión. “Cuando él esté preso voy a empezar a vivir”, reflexionó la mujer.