Valentín Benítez, un niño de ocho años que nació en la ciudad de Laferrere, provincia de Buenos Aires, perdió sus dos piernas en 2011 debido a una grave enfermedad, pero ahora podrá caminar gracias a una prótesis 3D creada por científicos tucumanos.
Las primeras señales de su enfermedad aparecieron a los tres años: Valentín comenzó a tener manchas en su cara y mucha fiebre, por lo que sus padres lo llevaron de urgencia al hospital. El primer diagnóstico fue meningitis, pero una vez que lo trasladaron a terapia intensiva descubrieron que lo que padecía era en realidad meningococcemia, también conocida como púrpura fulminante, una infección en la sangre que desencadena una gangrena.
Tras permanecer en terapia intensiva una semana, los médicos lograron parar la infección, pero descubrieron que parte de su sangre se había coagulado, disecando las extremidades de su cuerpo. Para salvarle la vida a Velentín, debieron amputarle sus piernas y algunos dedos de las manos. La operación se realizó en el Hospital Sor María Ludovica de La Plata.
Gracias al trabajo en conjunto de dos científicos tucumanos, Valentín recibió ahora las primeras prótesis 3D, que le permitieron volver a dar sus primeros pasos y jugar con sus amigos.
Antes, el pequeño y su familia debieron superar algunos obstáculos. Sus padres Pablo (31) y Karina (33) buscaron por cielo y tierra -con los recursos que tenían- la forma de mejorarle sus condiciones de vida. La primera prótesis que consiguieron fue a través del Gobierno Nacional. Tenían un costo de 50 mil pesos, pero al chico le molestaban y le provocaban dolor. Le pidieron a especialistas ortopédicos que las modificaran, para lo que invirtieron 16 mil pesos. No había caso.
Internet fue el canal de búsqueda de una solución. Los papás de Valentín se pusieron a investigar sobre el tema y encontraron que la creación de prótesis a través de impresiones 3D podían resolver el problema.
A través de Facebook, Edgardo Karschti, ingeniero de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) regional Tucumán, se ofreció para ayudar a Valentín, ya que contaba con una impresora 3D que hizo traer de China. Junto a dos estudiantes de Ingeniería Biomédica de la Universidad Nacional de Ciencias Exactas, Andrés Godoy y María José García Cabello, se pusieron manos a la obra.
Ayer, Valentín recibió sus piernas ortopédicas y comenzó una nueva etapa en su vida. Ahora sueña con “poder jugar al fútbol” con sus amigos.
Tras un emotivo acto en el Ministerio de Salud de la provincia, la titular de la cartera sanitaria, Rossana Chahla, manifestó: “Estas son lecciones de vida de la cual debemos aprender. Vinieron a nuestra provincia buscando esperanzas para su hijo y encontraron soluciones; de manera desinteresada ambas universidades se pusieron a disposición de esta familia y es lo que tenemos que imitar”.
El ingeniero Karschti, quien encabezó el proyecto, dijo que esta técnica de impresoras 3D es nueva en el país. La prótesis 3D consiste en un pie realizado con filamento ultraliviano con una barra de aluminio que lo une; el cono está hecho con material flexible, lo que permite regularlo. Al tratar de ampliar esta tecnología, Karschti ingresó a una página de prótesis donde conoció a la familia Benítez. “Les mandé un mensaje por privado diciéndoles que quería ayudarlos, porque a los sueños hay que convertirlos en acciones; es la única manera de conseguirlos. Hace un mes que comenzamos a trabajar y cuando menos me di cuenta ellos estaban acá y hoy le estamos entregando la prótesis”, indicó el especialista.
El papá de Valentín, Pablo Benítez, de profesión peluquero, se mostró agreadecido y feliz por la evolución de su hijo: “Me llena de alegría ver cómo se preocupan e interesan por mi familia”, reconoció.
A su turno, Karina, la mamá, señaló emocionada: “Ahora que tiene esta posibilidad, espero que las use siempre, porque está acostumbrado a manejarse con sus rodillas. Seguro estas prótesis harán que se desenvuelva aún mejor”.