Ahora, un equipo de investigación de la Universidad de Harvard (Estados Unidos) podría haber dado con un avance para luchar contra el Parkinson desde el interior del cerebro del paciente.
La terapia se basa en una interfaz electrónica compuesta por unas mallas de alambre de oro muy delgado y flexible, del tamaño aproximado de la tapa de un bolígrafo. Estos componentes se inyectan en el cerebro para llevar a cabo la estimulación de las neuronas individuales de una forma segura, así como para registrar el funcionamiento de las células cerebrales durante un tiempo estimado en más de un año.
El Parkinson provoca la muerte de un grupo de neuronas que se encuentra en una zona determinada del cerebro, que es la causa de que el paciente sufra temblores incontrolables. Los científicos han descubierto es que resulta eficaz enviar descargas eléctricas al área afectada, ya que la energía puede ayudar a que las neuronas vivas se recuperen y así detener los síntomas de la enfermedad.
Para aplicar este tratamiento, tradicionalmente se recurre a la estimulación cerebral profunda, una técnica que tiene grandes limitaciones porque requiere que se implanten unos electrodos rígidos y densos en el cerebro, y cuenta con bastantes peligros.
Terapia contra el parkinson
Sin embargo, el dispositivo que han diseñado estos investigadores se puede implantar fácilmente con una jeringuilla y ha sido diseñado para imitar los finos detalles del propio cerebro. Las fibras de alambre se conectan entre sí de manera similar a como lo hacen las neuronas, en una red con espacios abiertos, para que tengan espacio libres y no estén reducidas en un cubículo.
Además, para garantizar su seguridad, tiene una estructura de red que le impide interrumpir en exceso el funcionamiento normal de las neuronas una vez implantado. “Este dispositivo en efecto difumina la interfaz entre un sistema vivo y un sistema no vivo”, asegura Guosong Hong, uno de los miembros del equipo.
Este guante reduce los temblores del Parkinson casi un 90%
Una vez implantado, el aparato se conecta con un ordenador de manera inalámbrica para controlar las descargas eléctricas en el cerebro, así como registrar el comportamiento a nivel neuronal. Los científicos consideran que estas fibras de malla tendrán muchas aplicaciones más allá de la lucha contra el Parkinson, por ejemplo como terapia para la depresión y la esquizofrenia con resultados más precisos que los medicamentos actuales.
De momento solo se ha probado con ratones y el equipo tiene previsto empezar las pruebas con humanos para tratar la epilepsia.
Por: Sandra Arteaga