Ford está en pleno proceso de desarrollo de un bioplástico a partir de la fibra de agave, la planta utilizada en la fabricación del tequila. Según la marca, este material tiene enorme potencial para revestimientos de cables y portaobjetos. ¿Por qué el agave? Por su durabilidad y porque luce bien a la vista.
La casa del óvalo trabaja en conjunto con José Cuervo, el reconocido productor de tequila. Otra de las ventajas de este bioplástico es que reduciría el peso del vehículo, lo que siempre se traduce en menores valores de consumo. También tiene la virtud de sustituir al petróleo como materia prima para esas partes del vehículo.
El agave tarda en crecer al menos siete años. Tras su cosecha el núcleo es tostado y molido para ser destilado, y en ese proceso se obtienen fibras sobrantes. Algunas se destinan a la tierra como abono, creación de artesanías y papel. Esas son las fibras que Ford está utilizando.
Según sus propios informes, la marca con sede en Detroit hoy aplica ocho materiales sustentables en sus autos: espuma de soja, aceite de ricino (que es el nombre de una planta), paja de trigo, fibra de kenaf (otra planta), celulosa, madera, fibra de coco y cáscaras de arroz.