La familia Pettinato es difícil, desde siempre. Empezando por Roberto, el reconocido conductor, el padre de todas las criaturas, los chicos hacen y han hecho siempre de las suyas.
La que tomó el guante ahora fue Tamara, quien le dio con todo a su papá en una semana en la que el ex Sumo se peleó con todos los periodistas políticos de la Argentina.
Sin pelos en la lengua y con un toque de humor también hizo mención a los deseos de Roberto Pettinato de continuar agrandando la familia: “Mi papá dice que todavía va a tener un hijo más, a mí me gustaría que no”. Y agregó: “Como abuelo es malísimo. Hoy con 6 años, Milo Baltazar, se perfila como un auténtico clon de su abuelo, escucha música, se pinta las uñas y pide teñirse mechones de pelo”.
El peso del apellido de Tamara no puede negarse, pero hoy ya se sabe que es muchísimo más que la “hija de”. “Soy merecedora de mi herencia cuando nos juntamos y siento que tenemos en común el humor familiar”, agregó la actriz y conductora de radio en el marco la campaña Herederos de Halls.
La rubia que heredó la irreverencia de su padre y la timidez de su madre, hoy construye un espacio propio y sólido en la radio, la televisión y ahora en el teatro con su actuación en la obra Confesiones de mujeres de 30 que comparte junto a Sofía Gala y Julieta Cayetina.
“La vida del teatro me daba miedo y vergüenza”, resaltó y expresó que le costó un poco tratarse con sus compañeras al inicio: “Nos costó conocernos, Sofía Gala me encantaba pero con Cayetina fue un poco difícil acercarnos. Nos mirábamos de reojo pero al final nos amamos!”.
A la vez, indicó que con la hija de Moria Casan tienen mucho en común: “Ella tiene una madre como mi padre, pero no sé si no es peor. Yo creo que salí bastante bien porque tuve una madre muy tranquila. Con Sofía pegamos muy buena onda y compartimos historia de padres famosos”, comentó.
