Hartos de las presiones de la dupla Hugo Moyano-Ricardo “Chiqui” Tapia, los presidentes de Boca, River y San Lorenzo presentaron en simultáneo la renuncia a sus cargos en el Comité Ejecutivo de la Asociación del Fútbol Argentinos (AFA). Esta decisión, que se dio en el marco del proyecto que han impulsado estos clubes para crear una Superliga, y que agrava aún más el caos en el que está inmerso el fútbol.
La decisión de los tres clubes más convocantes de la Argentina abrió la posibilidad de que se produzca una intervención en la institución, vía una actuación de la Inspección General de Justicia o, incluso, por el avance mismo de la Justicia que investiga el manejo de los multimillonarios fondos del programa Fútbol Para Todos que creó la ex presidente Cristina Kirchner.
Según pudo saber Infobae, la investigación de Alicia López y Alberto Piotti -que fueron designados veedores por la jueza federal María Romilda Servini de Cubría- detectaron gravísimas irregularidades en la administración de los fondos del plan Fútbol Para Todos que justificarían una orden judicial de intervención. Fuentes involucradas en las negociaciones fallidas no descartaron incluso que la Asociación del Fútbol Argentino intervenida antes de este viernes.
Ricardo “Chiqui” Tapia, presidente de Barracas Central, y su suegro, Hugo Moyano, presidente de Independiente, forzaron a los clubes chicos a vaciar una reunión de la AFA convocada para hoy. Esa fue la gota que colmó la paciencia y derivó en una crisis.
Todo se precipitó esta tarde en una reunión en la que quedaron en evidencias las artimañas sindicales traídas al fútbol por Moyano y su yerno Tapia: al estilo gremial, presionaron a los clubes chicos para que vaciaran un encuentro al que habían convocado los clubes de mayor convocatoria de la Argentina. Esa acción fue la gota que colmó el vaso.
Actualmente, el mandatario “Millonario”, Rodolfo D’Onofrio, se desempeña como vicepresidente 1° del Comité Ejecutivo, mientras que su par “Xeneize”, Daniel Angelici, es secretario General, y el presidente del “Ciclón”, Matías Lammens, es el tesorero del organismo.
Las dimisiones están en relación directa con la voluntad de los clubes denominados “grandes” de la Argentina de impulsar el proyecto de creación de la “Superliga”, un certamen que se organizaría por fuera de la AFA, con el objetivo de mejorar la competitividad del fútbol argentino y de fomentar un mejor reparto de los ingresos entre los clubes.
Esta tarde, se realizó una reunión con el presidente de la Liga Española de Fútbol, Javier Tebas, en Ezeiza. El dirigente ibérico fue invitado para explicar los alcances y beneficios que trajo la creación de la Liga en España y la escisión de la comercialización de la Real Federación de Fútbol.
Los dirigentes de cuatro clubes grandes, a excepción de Independiente, fueron los impulsores para traer a Tebas y tratar de convencer al resto de la dirigencia, que tras el encuentro debía llevar a cabo la reunión semanal de Comité Ejecutivo. Sin embargo, después de la charla, los dirigentes del ascenso decidieron retirarse del Predio de AFA de Ezeiza y de esta manera no se reunieron los votos necesarios para solicitar una Asamblea Extraordinaria, con la misión de aprobar la Superliga.
La acefalía que se generaría en la entidad abriría la posibilidad a que el Estado se involucre en la misma a través del nombramiento de un interventor, aunque no está aún claro cuál sería el camino. Es que la FIFA -aunque ya sin el poder de antes- está muy atenta a cualquier avance del poder político en las asociaciones nacionales.
El Gobierno
En la Casa Rosada la decisión de los presidentes de los clubes más grandes tomó por sorpresa a los responsables de la administración del fútbol, según revelaron a Infobae fuentes seguras. Es que esperaban que la renuncia, eventualmente, de los tres presidentes pudiera ocurrir la semana próxima y que no se agotarían las instancias de diálogo y negociación.
El mayor encono estaba con la dupla Moyano-Tapia que forzó la situación al punto que rompió el delicado equilibrio en el que se manejaban las negociaciones y el diálogo. El malestar mayor para la administración de Mauricio Macri está en la posibilidad de la entronización en el poder de la casa de Viamonte del camionero que ahora preside Independiente.