Sufría una enfermedad degenerativa, planeó su muerte y organizó una fiesta para despedirse de todos

Una joven estadounidense acudió a la ley de California que permite a pacientes con enfermedades degenerativas y terminales acceder a la eutanasia

Betsy Falcon, una joven estadounidense, sufría una enfermedad neurodegenerativa que en las últimas etapas no le permitía moverse, comer, hablar ni respirar por su cuenta. Es por eso que decidió hacer uso de una nueva ley de California que les permite a los pacientes con enfermedades terminales acceder al suicidio asistido y organizó un encuentro con todos sus amigos para despedirse.

Kestrin, una amiga de Betsy, contó la experiencia a Vox, un medio de Estados Unidos: “Betsy me mandó un mail y me contó que estaba planeando su despedida y ya había firmado para terminar con su vida el 24 de julio y la llamó “su ceremonia de renacimiento”. Le respondí inmediatamente que iría como si se tratara de una fiesta de cumpleaños. Unos días después, recibimos reglas de conducta: no llorar enfrente de ella, interactuar con alegría y consolar a Betsy si llora adelante de todos.” Kestrin detalló que, además, se les envió a los invitados un itinerario que incluía tragos en hora pico y hasta una cena de ensayo (con pizza y una de sus películas preferidas) la noche anterior.

Betsy Falcon en su fiesta de despedida

Alquilaron una casa por el fin de semana y en la “fiesta” comieron tamales, tomaron tragos deliciosos y eligieron souvenirs que se llevarían de su amiga que pidió que no quedara nada de ella. Según el itinerario, por la tarde Betsy subiría a una montaña contigua a la casa y tomaría una serie de drogas con el objetivo de morir. Según la ley, las drogas tienen que ser autoadministradas y la llevarían a un estado de coma 5 minutos después de tomarlas, aunque tardarían dos días en matarla.
Según el relato de Kestrin, la fiesta fue muy alegre y divertida y su amiga pasó un buen momento rodeada de sus seres queridos, que la abrazaban, le sacaban fotos y la ayudaban a moverse mientras compartía las últimas horas de su vida con la gente que amaba.