“Soy víctima de las desgracias, no un asesino”, aseguró acusado de tirar a su esposa por el balcón en hotel

Un hombre que está acusado de haber arrojado a su esposa, una azafata de la empresa Buquebús, por el balcón del cuarto piso de un hotel de la zona porteña de Tribunales aseguró que su mujer se tiró al vací­o luego de llegar del trabajo antes de tiempo y que él no la mató.

“Soy ví­ctima de las desgracias, no un asesino”, afirmó Eduardo Adrián Casaballe Colacho (47), operador de sistemas y de nacionalidad uruguaya, al comienzo del juicio que se le sigue por el femicidio de su esposa, Mariela Leites Da Silva (34), ocurrido el 28 de abril de 2014.
Vestido con camisa a cuadros azul y blanca, jeans y zapatillas, el imputado declaró durante cerca de una hora y media en la primera jornada del debate que lleva adelante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 8 porteño, integrado por los jueces Ricardo Basílico, Alejandro Sañudo y Ricardo Larrain.
Luego de presentarse como operador de sistemas y también electricista y pintor, Casabelle dijo que era “viudo” y se quebró y pidió un vaso de agua antes de comenzar a contar su versión de lo ocurrido aquella noche en la habitación del hotel.
“Ese día nos habíamos acostado tarde, estábamos viviendo un momento muy lindo en la relación”, comenzó el imputado, en referencia a la noche anterior al hecho y dijo que al día siguiente habían ido con su mujer y su hijo de 2 años a la plaza y se habían tomado fotos.
Sostuvo que alrededor de las 17, Mariela se fue a trabajar a Buquebús y para su “sorpresa” regresó alrededor de las 20, pese a que trabajaba muchas horas.
Casabelle dijo que no le preguntó qué había ocurrido sino que se puso “contento” al verla, aunque dijo que la notó “rara”.
“Ella estaba muy molesta por cosas de tecnología, que el Facebook no le andaba, que no podía llamar por teléfono. En un momento yo me mandé un mensaje desde su teléfono y funcionaba, entonces ella se molestó y lo tiró”, aseguró el imputado.
Luego, relató que mientras el nene “lloraba mucho” y él estaba por preparar mate, su esposa “de repente cruza la habitación y se arroja al vacío”.
“No tuve tiempo, no pude hacer nada. No se me pasó por la cabeza que ella quisiera suicidarse”, sostuvo el operador de sistemas con la voz entrecortada y dijo que lo único que alcanzó a ver fueron las manos y parte de los brazos de su mujer, “como si quisiera agarrarse para salvarse”.
Según Casabelle, él salió de la habitación y empezó a bajar las escaleras gritando “Mariela, ¿qué hiciste?”, tras lo cual regresó a buscar a su hijo y finalmente fue con él hasta la planta baja, donde sólo estaba el encargado.
Tras entregarle el niño, dijo que fue a ver a su esposa para tratar de hacerle respiración boca a boca, pero que ya estaba muerta.
“En mi ignorancia, yo pensé que estaba viva. Yo ya soy viudo del primer matrimonio, soy víctima de las desgracias, no un asesino”, afirmó el imputado, que aseguró que su primera mujer, con la que vivía en Capital Federal, murió ahogada en una pileta en la localidad bonaerense de Del Viso y luego fallecieron una hija y un hijo suyos, de los ocho que tiene, a raíz de enfermedades.
Según el acusado, que demoraba cerca de un minuto en contestar preguntas, “nunca” había tenido discusiones con su mujer, no había problemas económicos y se habían casado 19 días antes, el 9 de abril.
Sin embargo, reconoció que poco más de dos años antes, en febrero de 2012, se habían separado cuando vivían en Uruguay y que él recién comenzó a vivir con su hijo cuando se casaron en Buenos Aires y se fueron a vivir al hotel.
Consultado sobre el motivo del distanciamiento, dijo que Mariela no le dio argumentos, por lo que él pensó que era “hormonal”, respuesta que causó sorpresa en la sala de audiencias del Palacio de Tribunales, donde no asistieron ni familiares del imputado ni de la víctima, que viven en Uruguay.
Tras un extenso interrogatorio del abogado querellante Gonzalo Alvarez Casado y la insistencia del juez Basílico, que se paró a su lado con parte del expediente, el imputado reconoció que se había ido de la casa que compartía con Mariela porque ella lo había denunciado por “violencia física, verbal y psicológica”.
Sin embargo, culpó de esta denuncia a la madre y a la hermana de la víctima porque no estaban de acuerdo en que tuviera una relación con Mariela y, a su entender, “siempre la hostigaban con mensajes”.
El juicio continuará el lunes con la declaración de testigos, en base a los cuales la querella y la fiscal Diana Goral tratarán de probar que el imputado hizo una teatralización el día del hecho y en realidad mató a su esposa tras una discusión, según declararon testigos del hotel.
Además, las conclusiones de la autopsia, que refieren lesiones en el cuello antes de la caída compatibles con estrangulamiento, y un video de una jugueterí­a de la cuadra que grabó la forma en la que cayó la ví­ctima son los elementos a partir de los cuales la fiscalía cree que fue un femicidio.