Sabemos de memoria cuáles son los cuidados para exponerse al sol y también de los riesgos de no hacerlo. Pero, muchas veces -con vacaciones extra reducidas y tiempo inestable o una sensación térmica que invita a quedarse en el agua- las precauciones pueden ser insuficientes y los resultados de las distracciones quedar a la vista esa misma noche o a la mañana siguiente.
En vez de lamentarse, en ese momento lo mejor buscar una solución y, para la próxima vez, no abandonar la tarea de embadurnarse con el protector adecuado a tu tipo de piel.
– Si la piel está muy roja, ardida y muestra signos de quemadura, lo mejor será consultar al médico.
– También se podrá refrescar e hidratar la piel con agua termal o con productos que en su formulación tengan corticoides. En cambio, están contraindicados los aceites (aunque hay marcas que cuenten con presentaciones de este tipo para después del sol).
– Cuando la piel está muy irritada, una buena alternativa es aplicar una mascarilla a base de caléndula, ya que es descongestiva, o una crema con baba de caracol con efecto regenerante.
– Para calmar el dolor, por su parte, se pueden implementar algunos trucos caseros. Las compresas de leche fresca son una opción. Deben aplicarse en la piel durante 20 minutos y luego enjuagar con agua tibia. El té helado de manzanilla tiene el mismo efecto. Puede aplicarse en motas de algodón o colocarlo en una botella con atomizador y rociar las zonas más castigadas.
– Otro aliado siempre efectivo es el aloe vera. Puede utilizarse el gel extraído directamente de la planta o alguna crema que lo contenga. Para que sea efectivo la crema debe tener una alta concentración del activo.
– Además, cuando el cuerpo se expone al sol, pierde agua y sales esenciales. Para evitar las nocivas consecuencias de la deshidratación, se debe aumentar la ingesta de líquidos. Así el cuerpo se hidrata para una óptima salud de la piel. Tomar un baño de agua fresca, por su parte, ayudará a bajar la temperatura de la piel y a refrescarla. Luego hidratar abundantemente.
– Un consejo extra: para la rutina de cuidados diarios, tener en cuenta que los productos con argireline, un componente que ayuda a atenuar las arruguitas de expresión que se pueden marcar debido a la exposición solar y al aumento de sequedad.
Pasada la urgencia y la primera etapa del daño, se puede concurrir al centro de estética y efectuar tratamientos profundo. Por ejemplo, las sesiones de radiofrecuencia mejoran la absorción de los activos en la piel. Y, llegado el otoño se podrán realizar peelings químicos, con altos contenidos de ácidos, o con aparatología láser, luz pulsada, o pixel, que restablecerán la piel de los daños sufridos.
Por Dra. Karina Nadur, dermatóloga