estado de disolución desde hace varias semanas, la AFA no está en condiciones de elegir un director técnico para el seleccionado argentino. La renuncia de Gerardo Martino ahondó una crisis que se manifiesta en diferentes facetas: deportiva, económica e institucional. Nada funciona ni responde a un orden.
La designación del reemplazante del Tata es una tarea que no se resolverá en el plazo inmediato, si bien el seleccionado tendrá compromisos por las eliminatorias en septiembre. Se abre un espacio para las especulaciones, las preferencias, el debate sobre el perfil de los candidatos.
Ante este panorama tan abierto e incierto, La Nación realizó una encuesta entre futbolistas, directores técnicos, dirigentes, periodistas y personalidades de otros deportes. El resultado de la consulta sobre quién debe ser el entrenador arroja un nombre que no sorprende: Diego Simeone. Sus cuatro años y medio en Atlético de Madrid, en los que conquistó cinco títulos y rescató a un club hundido en el pesimismo, lo ponen al tope de las consideraciones.
Visto como una solución, el Cholo representa un inconveniente: sus tiempos no coinciden con las urgencias del seleccionado. Enfocado en comenzar otra temporada en Europa, Simeone proyecta un desembarco en el equipo nacional para mucho más adelante. El segundo que obtuvo más adhesiones fue Marcelo Bielsa , cuyo rechazo a asumir en Lazio fue interpretado desde algunos sectores como una posibilidad para que regrese al conjunto que dirigió entre 1998 y 2004. Salvo que el seleccionado le despierte una alta vocación de servicio, cuesta mucho imaginar que Bielsa acepte la propuesta de un fútbol argentino que no está a la altura de satisfacer sus condiciones de trabajo.
El más predispuesto a tomar el cargo sería el tercero en la encuesta, Jorge Sampaoli, que tiene otro tipo de traba: Sevilla, que lo contrató hace menos de un mes, no piensa liberarlo. Entre tantas carencias, al fútbol argentino le falta un director técnico para su seleccionado. Un vacío que una mayoría eligió cubrir con Simeone. “¿Quién y por qué?”, preguntó La Nación. Lo mismo que se pregunta la AFA.