Siguen los problemas en la AFA

La Junta Interventora se ha propuesto desconocer la autoridad de la Asamblea y ha convertido un “paper” a la FIFA en un “hecho consumado”

Cuatro días después de que la Asamblea se autoconvocara en el último y desesperado intento por reinstitucionalizar a la AFA, el residual de la Junta Interventora – Medín-Cristinziano- acaban de publicar un organigrama que conduce al mismo fin, pero por el camino de la imposición.

Se sabe que existen dos órganos independientes: Tribunal de Disciplina y Asamblea. Por lo tanto, sus actos resultan soberanos e inalienables. Este es un principio elemental respetado desde la FIFA hacia abajo por todo el universo institucional. Más aún, recuérdese que la FIFA respaldó un histórico fallo del TdD.

Sin embargo, la Junta Interventora impuesta por el Gobierno argentino, se ha propuesto desconocer la autoridad de la Asamblea y ha convertido un “paper” a la FIFA en un “hecho consumado”.

Lo que la AFA difundió este lunes oficialmente es diametralmente opuesto a la realidad probada. La AFA nunca recibió una respuesta de la FIFA a la propuesta que hoy da por hecha. Ni el cronograma, ni las acciones provienen desde Zúrich hacia Buenos Aires. Por el contrario, fueron un recurso que partió desde la calle Viamonte a los efectos de ganar tiempo para conseguir algunos objetivos muy caros a los intereses de los clubes más grandes. Ellos, principalmente, son: que le aprobaran la Superliga y que le dieran advenimiento a las sociedades anónimas en el fútbol, para comprar licencias de clubes en crisis. Especialmente gloriosas y centenarias instituciones del Ascenso.
El abogado Javier Medín envió la propuesta a la FIFA como pedido de prioridad estatal hace por lo menos dos meses. Y más allá de promesas verbalizadas por funcionarios de la FIFA mencionados por Medín al Gobierno, nunca llegó de manera oficial a la Argentina algo que fehacientemente dijera “está bien, apoyamos ese plan”.

Viendo la fuerza de unidad de la Asamblea reunida la semana pasada en la AFA, el proyecto de los interventores, nunca respondido oficialmente por la FIFA, fue exhumado hasta convertirse en la noticia escandalosa del día. La Junta desafía en términos de medición de poder la soberanía de la Asamblea, que en definitiva no es otra cosa que la propia y mayoritaria voluntad de los clubes del fútbol argentino. Y, a la vez, pone en difícil situación a la FIFA, a quien obliga a mediar entre las partes.

La Junta Interventora desconoce la legitimidad de tal Asamblea apelando en su comunicado a la retórica sofística de la escuela filosófica de Eneas. Dice por ejemplo, que hubo una reunión, que tal reunión fue llevada a cabo por dirigentes y que tal vez haya habido entre ellos asambleístas. Luego, socarronamente, deja entrever que aquella reunión no tuvo el conocimiento de ningún miembro de la Junta, ni empleado alguno y que como resultado de todo lo vivido, nadie, refiere a ningún miembro de la Junta, recibió petitorio alguno. Sería bueno recordar, de paso, que ningún miembro de los que quedan de la Junta podrá presidir la Asamblea futura, pues no se trata de un acto administrativo, sino institucional.

“Este anuncio nos parece una chantada y hasta cómico porque la FIFA no está enterada de este comunicado. A no confundirse, este es un pedido que la AFA le hace a la FIFA. En vez de presentar cronogramas electorales que no le competen, para quedarse atornillado en el cargo, debería armar un crongorama de pago con todo lo que deben del año pasado”, arremetió Daniel Ferreiro, vicepresidente de Nueva Chicago y líder de la Primera B Nacional.
La situación, tras este exabrupto, deja en el público una inequívoca sensación de caos. Una Asamblea – órgano independiente y soberano – dice que habrá elecciones en la AFA el 15 de febrero. La Junta Interventora – en acefalía técnica – dice en cambio que las elecciones serán el 23 de abril tras un largo e innecesario cronograma.

La Asamblea, que sólo podría ser impugnada por la Inspección General de Justicia y por ningún otro estamento institucional o judicial, se autoconvocó con tres miembros menos a los 75 de su ultima reunión porque tres clubes, al descender, perdieron tal representatividad asamblearia. Los 48 que sesionaron son mayoría y están en condiciones estatutarias para decidir. Salvando las distancias, sería como en el caso de nuestra Suprema Corte de Justicia que al perder a dos de sus cinco miembros, siguió funcionando con tres.

No es necesario tener un nuevo Estatuto para poder elegir un presidente. Los interventores, preocupados por la proporcionalidad de votos del Ascenso y del Interior, intentarán inferiorizar esa mayoría modificando el número de los representantes. Pero se trata de una maniobra ociosa toda vez que deberá ser esta Asamblea y no otra quien decida la elección del presidente y debatir, en el punto anterior del Orden del Día, sobre un nuevo Estatuto hacia adelante, pudiendo incluso fijar su entrada en vigencia en el plazo que los asambleístas decidan. O sea, se elige presidente y se debate el nuevo Estatuto. Y ambas cosas son legales de toda legalidad estatutaria.

La maniobra que se intenta instalar en la opinión pública por parte de los interventores del Gobierno es que sólo ellos pueden decidir estas cosas desconociendo el valor democrático, soberano y fundamental de una Asamblea legítima hasta que alguien que no es ni la FIFA, ni muchísimo menos la desprestigiada Conmebol, digan lo contrario.

Día preocupante para el futuro de la AFA. Si hacía falta algo para agigantar la enorme fractura que existe entre grandes y chicos, ricos y pobres, bonaerenses y provincianos, Primera y Ascenso, era que desde el poder designado se desafiara al poder legítimo.