Es difícil mantener la calma cuando tu niño tiene fiebre, lo sabemos. Puede que incluso se te escapara una lagrimilla la primera vez que viste cómo el termómetro subía y subía (¡tranquila, no serías la primera!). En general, la fiebre en el niño nos avisa de que su organismo está combatiendo los virus o las bacterias que le han hecho enfermar. Pero nos da mucho miedo. Por eso la fiebre es el primer motivo de consulta en las urgencias pediátricas y el segundo, tras la tos, en las consultas de Atención Primaria. Pero, afortunadamente, pocas veces se trata de una emergencia o de algo importante. Saber cómo actuar te evitará alguna que otra visita innecesaria al médico, más de una preocupación y más de una molestia a tu hijo. Aquí tienes 10 errores que no deberías cometer si tu hijo tiene fiebre.
1. Perder la calma
Repite con nosotros “la fiebre por sí misma no causa daño cerebral, ni ceguera ni sordera ni muerte”. Es uno de los puntos del Decálogo de la Fiebre de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap). Así que interiorízalo y cuando tu hijo tenga fiebre, respira profundamente y mantente tranquila. La fiebre, por sí misma, no es una enfermedad. Solo hay algunos casos en que tendrás que llevar a tu hijo a Urgencias si tiene fiebre.
2. Salir corriendo al médico
Ya sabes que no en todas las ocasiones en que tu hijo tenga fiebre deberás ir a Urgencias, pero tampoco al pediatra. Por ejemplo, si la fiebre se prolonga durante más de 2-3 días, supera los 40 ºC y el niño se encuentra muy abatido, sí está indicado que lo evalúe su médico. Hay otros casos en que también está recomendado, pero sí tu hijo no está en ninguno de ellos, no es necesario que lo lleves. Tal vez con una visita innecesaria te lleves a casa algún virus de más con el que no contabas.
3. Pensar que fiebre alta es igual a más gravedad
Fiebre alta no es igual a proceso más grave. A la hora de evaluar a tu hijo en casa debes fijarte más en su estado general que en lo que dice el termómetro. Hay niños que con 40 ºC están hechos una rosa, y otros que con 38,5 ºC se muestran totalmente abatidos. “Sobre todo a partir de los 2 años en niños bien vacunados, es mucho más importante el estado general que la propia fiebre”, explica el Dr. Roi Piñeiro Pérez, del Comité de Medicamentos de la AEPap. Si el niño responde bien a los antitérmicos, está contento, juega, corre, come algo y ríe, a pesar de la fiebre, es mucho más probable que lo que tiene sea de poca importancia.
4. Darle medicamentos enseguida
Ya lo sabes, la fiebre no es en sí misma una enfermedad, sino un mecanismo de defensa del organismo. Así que es una buena noticia que tu hijo tenga fiebre porque eso significa que está luchando contra los virus o las bacterias que le han hecho enfermar. No tienes que intentar bajar la fiebre con las primeras décimas. Si el estado general de tu hijo es bueno, espera a que la fiebre sea superior a los 38 ºC, y si alcanzada esa temperatura se sigue encontrando bien, tampoco es necesario que intentes bajar la fiebre porque sí.
5. Alternar ibuprofeno y paracetamol
No hay que bajar la fiebre a toda costa. Cuando tu niño tiene fiebre y le has dado algún medicamento, habitualmente un antipirético (paracetamol o ibuprofeno), es posible que la temperatura no regrese a su estado normal (bajará un grado a la hora, pero puede que no más). Muchos padres alternan tomas de paracetamol e ibuprofeno para conseguir bajar la fiebre. Pero está desaconsejado hacerlo, pues se pueden producir intoxicaciones e interacciones indeseadas.
6. Darle medicamentos por tu cuenta
Algunos padres automedican a sus hijos con antibióticos cuando la fiebre no cede con los antipiréticos habituales prescritos por el pediatra. Y es un tremendo error. En primer lugar porque los antibióticos no son eficaces para tratar infecciones y enfermedades provocadas por virus, que suelen ser la inmensa mayoría en los niños, como la bronquiolitis, la gripe, un resfriado… Y, por otro, porque se generan resistencias que pueden comprometer la eficacia de los antibióticos ante enfermedades para los que se necesitan de verdad. Así que ya sabes: los antibióticos solo y exclusivamente cuando sean prescritos por el pediatra y en las dosis en que él los indique. Además, debes saber que no debes dar a tu hijo ácido acetilsalicílico para combatir la fiebre, ya que en niños puede provocar el peligroso síndrome de Reye.
7. Meter al niño en la bañera
Sí, es uno de los consejos de la abuela, pero ya no se recomienda en absoluto. ¿Te imaginas que a ti te metieran a la fuerza en la bañera en pleno episodio de fiebre? Pues a tu hijo tampoco le resulta agradable, además de que puede resultar peligroso que la temperatura baje de forma brusca. Si tu niño tiene fiebre y crees que le puede sentar bien un baño, puedes dárselo pero con el agua a la temperatura de siempre; eso sí, puede ser un baño más prolongado, lo que quizá sí le ayude a acabar bajando un poco la fiebre.
8. Darle friegas con alcohol o colonia
También se hacía antes, pero los pediatras desaconsejan dar friegas con alcohol o colonia para bajar la fiebre porque puede incluso ocasionar quemaduras en la piel del niño. Tampoco le pongas paños fríos en la nuca o por el cuerpo. Si crees que le puede aliviar, puedes pasarle suavemente un paño humedecido en agua templada. Las friegas de alcohol solo para el recuerdo o para “Cuéntame”.
9. No sacarlo a la calle
Si el niño se encuentra bien, puede salir a la calle sin ningún problema aunque tenga fiebre. Otra cosa será llevarlo al cole (especialmente por el riego de contagio a otros niños), pero sí es bueno que salga contigo a dar un paseo fuera de casa. Esto probablemente le ayude a bajar su temperatura corporal. Si os quedáis en casa, quítale algo de ropa (no hace falta que lo dejes sin nada), y mantén un ambiente poco cálido para que la fiebre no suba. A veces con desabrigar un poco al niño o sacándolo a dar un paseo ya se consigue bajar algo la fiebre.
10. Insistirle en que coma
Es muy probable que si tu hijo pasa por un proceso vírico con fiebre tenga menos apetito. No te preocupes. No pasa nada porque coma menos durante dos o tres días. No le insistas para que coma a toda costa. Lo que sí es muy importante en caso de fiebre es que esté bien hidratado; por eso debes ofrecerle de forma muy frecuente el pecho u otros líquidos (zumos, batidos, papillas…) para que no se deshidrate con la fiebre.
Tu hijo tendrá fiebre muchas veces y poco a poco aprenderás a controlar mejor la situación aunque siempre te quedes un poco preocupada. No obstante, es uno de los “gajes del oficio de ser madre”. Y merece la pena. Aquí tienes 30 frases que te recuerdan lo bonito de ser madre.