tán empezando a salir y tus redes sociales explotan de fotos juntos y caritas con ojos de corazón. Desde las gafas que usa hasta su sexy estilo para prepararte el desayuno, todo en él es perfecto. Te hace sentir que Julia Roberts en Mujer bonita no es tan afortunada como vos. Acompañados por la más melosa banda sonora, transitan esta fase intensamente romántica y de alto voltaje sexual, en la que comer y dormir no son siquiera una necesidad. Gobernados por sus deseos trascurren los primeros meses juntos, hasta que un día uno de los dos termina una llamada sin antes decir: “Colgá vos primero”. Es exactamente en ese momento cuando suena fuerte una voz en tu interior que te recuerda: ¡welcome to the real life! Pero ojo, que, aunque cueste creerlo, ahora viene la mejor parte: tu relación se vuelve tan real como ustedes, con lo bueno y lo malo que los caracteriza.
BALDAZO DE AGUA FRÍA
Ya sin mariposas en la panza, todo comienza a cambiar, llegan los reclamos, algunas cosas te fastidian y, a la hora de ponerse de acuerdo, ya no se escucha “Alcoyana-Alcoyana”.
Vas a seguir siendo intensa, sí, pero más del estilo: “No estoy enojada, solo que me molesta que…” y ahí desplegás tu interminable lista. Tus prioridades también van a cambiar y, por más noche de lujuria que tengas, ir al trabajo sin dormir ya no es un buen plan. Obviamente, se termina la dieta involuntaria y vuelve el apetito voraz de la mano de: “¿Nos quedamos en casa y pedimos delivery?”. Después de ese momento en el que todo es color de rosa y sentís que conociste al Príncipe Azul, llega la fase titulada “¡Devuélvanme esos lentes 3D que hacían que todo se viera tan perfecto!”.
NO DESESPERES
Antes de poner el grito en el cielo y recurrir al “en este caso SOS VOS, yo no tengo nada que ver”, tenemos que saber que el amor pasa por diferentes estadios y cada uno de ellos tiene su encanto. Aunque no estés tan segura de que te encante encontrarte con que alguien no bajó la tapa después de ir al baño o que tu casa no tenga el orden armonioso que la caracterizaba, no te asustes, es parte del proceso. Porque cuando el amor ideal se convierte en amor real, hay verdadera elección, hay más certezas y menos ansiedad. Porque ya sabés que el otro tiene defectos y aun así lo elegís. Y él también te elige “a pesar de”.
EFECTO PROLONGADO
Si es inevitable pasar por este estadio despertador para seguir adelante, también es inevitable trabajar sobre todas estas cosas para que el día a día tenga algo tan o incluso más atractivo que los primeros momentos. Hay que ponerse las pilas y no dejar de lado la sexualidad, la seducción ni la comunicación. Basta con disfrutar al estar juntos, aprender a negociar, tener en cuenta los pequeños detalles, no ponerte obse con que el otro haga cosas que detesta ni mostrarte inamovible a la hora de un pedido sincero. Decile que su presencia es importante, no lo des por sentado. Poné en la relación tanta energía positiva como hiciste al principio, para juntos ser los protagonistas de una historia de amor prolongada. Si se pueden ver de mal humor, con fiebre o en el peor momento de sus vidas, juntos pueden construir la manera de enfrentar lo difícil y disfrutar lo que sigue.
¡QUE NO SE CORTE!
Consejos para estirar el efecto honeymoon:
Sorpresa: ¡nunca falla! Ponete en sus zapatos y pensá qué es lo que a él más le gusta. Por ejemplo, sorprendelo con entradas para la peli que quiere ver.
Invitación erótica: mandale un mensaje en la mitad del día con una invitación especial para la noche, eso sí, asegurate de que sea el único destinatario.
Salidas en grupo: organizá una salida con otras parejas para desarrollar la complicidad frente a terceros. Siempre la comunicación entre ustedes tiene que ser la más importante.
Buen humor: la diversión y el buen humor siempre son el mejor remedio. Dejá volar tu imaginación y que no te dé vergüenza que el vecino los vea bailando en el balcón.
Perfume: ya lo decían las abuelas: “¡Nena, esperalo con perfume!”. El olfato afecta decisivamente nuestras percepciones. Un perfume los puede llevar a recrear un lindo recuerdo.
Y VOS, ¿DE QUÉ COLOR LO VES?
Analizá los síntomas para ver qué tan azul es tu príncipe y en qué estadio estás.
- AZUL
– Le contás a todo el mundo que estás con alguien y le mostrás su foto hasta a ese vecino con quien nunca hablaste.
– Sale de bañarse sin toalla y va dejando mojada toda la casa, pero no ves otra cosa que un Baywatch llegando a tu rescate.
– Habla de ciencia, de arte o simplemente de cómo hacer un huevo frito. Todo da igual, sus palabras son música para tus oídos.
– Vas por la vida sonriendo, llueva,truene o haya paro nacional.
Diagnóstico: nada puede contra tu buen humor. Recientemente enamorada. ¡A disfrutarlo a pleno!
- DECOLORADO
– Ni azul ni un poco celeste… El efecto batik te tomó por completo y solo ves manchas en ese al que llamabas príncipe.
– Cada día que despiertan juntos encontrás otro defecto, cómo bosteza, cómo se viste ¡o que todavía no se enteró de que el café lo tomás sin leche!
– No das el brazo a torcer en nada. Ni siquiera en qué peli ver un domingo de lluvia.
– Si te llama, es un controlador; si no lo hace, ¿ya no le importás? Sabés que estás muy gata flora, pero ¡no podés evitarlo!
Diagnóstico: se te cayó el castillito. Ahora, manos a la obra para construir, ¡aunque sea un monoambiente!
- MULTICOLOR
– La vida juntos se vuelve concreta. Se adaptan a los gustos y las posibilidades de ambos.
– Es exageradísimo cuando se enferma (aunque sea solo un resfrío). Igual, le llevás el desayuno a la cama, porque cuando te sentís mal, él hace lo mismo.
– Pueden no hablarse en todo el día, pero llega la noche y ahí está él para escucharte y aconsejarte.
– Todo lo que te sacó en algún momento, lo tomás como parte de la cajita feliz.
Diagnóstico: atravesando las vicisitudes de la pareja estable. Momento de planear juntos y, ¿por qué no?, dar el siguiente paso. .
Por Constanza Boque