“Hay una enorme distancia entre la tendencia a la idealización de las madres y las prácticas cotidianas de la maternidad, que muchas veces crean problemáticas insolubles a las mujeres”, indicó.
Si bien muchas costumbres cambiaron y existe una participación gradual de algunos hombres en tareas tradicionalmente “maternas”, esto es parcial y fragmentario.
“La exigencia de la ´madre perfecta´, que puede contener, amar, comprender a sus hijos y, al mismo tiempo, estudiar, trabajar o tener otros intereses, dentro y fuera del hogar, es parte de las contradicciones subjetivas y culturales que generan conflictos difíciles de enfrentar”, sostuvo la psicoanalista.
Para Glocer Fiorini, la maternidad solo puede ser deseante y simbólica, más allá de que las madres sean biológicas o adoptivas, con óvulos propios o donados. Este reconocimiento va a la par con otro: que este vínculo, en un sentido simbólico, ya no es pura naturaleza, sino que es propia de la cultura.
“Pensar en las complejidades de las funciones maternas implica reconocer la ambivalencia con los hijos y las contradicciones que experimentan muchas mujeres entre el amor a los hijos, el ejercicio de la maternidad y los anhelos personales de realización. Esto es más evidente en las últimas décadas en tanto las mujeres se incluyen cada vez más en el mundo del trabajo, en el ámbito de la esfera pública”, explicó.
La médica expresó que la maternidad es una experiencia de vida de enorme significación, pero hay muchas otras facetas de realización en la vida de toda mujer. Por ese motivo “la idealización y el homenaje a las madres esconde como contracara la desvalorización de la mujer como tal, ya sean como sujeto de deseo, creativas y con capacidad de decisión”.
*La Dra. Leticia Glocer Fiorini es médica y psicoanalista, Presidenta de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA).