Cada año se consumen en el mundo entre 500.000 millones y un billón de bolsas de plástico, según diversas estimaciones. Este uso masivo –cada minuto, un millón al menos– acarrea diversos impactos ambientales.
Uno de los más preocupantes es el producido en los océanos, donde tiene un efecto devastador en la fauna y la flora marinas, según la ONG Surfrider Europa, que lleva a cabo campañas de recogida de dichos residuos. De acuerdo con un estudio publicado en la revista Science el año pasado, si se colocaran a lo largo de las costas de la Tierra, habría cinco bolsas llenas de plásticos cada 30 cm.
La preocupación por estos residuos ha ido en aumento en los últimos años –incluso existe el Día Internacional Libre de Bolsas, que se celebra cada 3 de julio–, y se han puesto en marcha diversas leyes y campañas para reducir su uso y sus consecuencias ambientales.
En España se ha pasado de utilizar más de trescientas bolsas de usar y tirar por habitante y año en 2008 a 106 en 2013, según los últimos datos disponibles por Cicloplast, entidad sin ánimo de lucro para impulsar la prevención y el reciclaje de plásticos. Los responsables de esta organización recuerdan que los ciudadanos pueden depositar las bolsas en el contenedor amarillo.
