Cómo se puede reemplazar el azúcar refinado

¿Quién puede resistirse a los sabores dulces? Sin embargo, cada vez hay más evidencias en contra del azúcar refinada o blanca.

Uno de los principales argumentos en su contra es que solamente tiene en su composición sacarosa (glucosa y fructosa). Esto es lo que llamamos “calorías vacías”, es decir, sin nutrientes.

Otro efecto negativo es que, al ingresar al cuerpo desprovisto de todo su potencial integral, provoca la liberación en el páncreas de una mayor cantidad de unidades de insulina. La consecuencia directa son los atracones compensatorios y una mayor tendencia al crecimiento de la grasa corporal.

Para evitar estos efectos, la alternativa es recurrir a opciones naturales que, aunque también resultan altas en calorías, evitan estos factores adversos y reportan más beneficios nutritivos.

Frutas deshidratadas. Nuestro cuerpo es frugívoro. Esto quiere decir que es muy compatible con el tipo de dulce que aportan las frutas que, además, son mejor recibidas por las células. La alternativa más utilizada es el dátil que resulta ultra dulce. Otras opciones: coco, banana o kiwi.

Azúcar mascabo. Al igual que la variante refinada, este tipo de azúcar es sacarosa (glucosa y fructosa). Pero en contraposición a la opción industrializada, contiene todas sus elementos. Es decir, viene con sus “aliados alcalinizantes”. Es decir, con fibras, vitaminas, minerales y oligoelementos que sirven como amortiguadores del impacto mencionado.

Miel pura de abejas. En su estado natural (sin refinamiento ni manipulación industrial), contiene carbohidratos, pero también oligoelementos, aminoácidos, vitaminas, antioxidantes y enzimas para su auto digestión. Con lo cual, también resulta terapéutica. Para quienes siguen una alimentación vegana, existen tipos de miel especiales, como la de dátiles o arroz.

Stevia o hierba dulce. Es un edulcorante natural, sin calorías. Resulta conveniente no solo por ser capaz de endulzar 250 a 300 veces más que el azúcar refinado, sino por sus propiedades medicinales. Contiene vitamina C, clorofila, ácido fólico, entre otros compuestos. Por lo cual, mientras endulza, contribuye a la regeneración de los órganos y a la oxigenación de la sangre. Se pueden consumir las hojas frescas picadas, agregándolas en las preparaciones o bebidas. También se puede realizar una infusión y usarla como edulcorante líquido. Los pasos son los siguientes: se coloca una cucharada sopera (esto depende de la concentración dulce que queramos darle) de hojas de stevia en un jarrito con agua (de alrededor 250 mililitros) recientemente en estado de ebullición. Luego se deja la mezcla tapada por 10 a 15 minutos y se cuela. El líquido resultante se coloca en un frasco tipo gotero y se utiliza como edulcorante líquido. Dura hasta siete días en la puerta de la heladera.

Por Patricia Robiano, licenciada en nutrición.