Empezaremos detallando las desventajas de aceptar que el gato duerma con nosotros en la cama (o en la misma habitación). Lo primero y principal tiene que ver con la higiene. Si bien los felinos son más limpios que los perros, también acumula bacterias o virus en sus patas y genitales.
Para evitar que el animal pise tus sábanas tras salir de la caja de arena, puedes por ejemplo ponerle una manta vieja para que duerma allí.
Si eres alérgico a los gatos, quizás no deberías tener uno, pero si igualmente has decidido adoptar un felino y abrir las ventanas para que sus pelitos no te hagan estornudar, entonces puedes olvidarte de dormir con él. Suena duro pero es real.
Por las noches está todo cerrado y por más de que el animal también duerma algo de pelo lanzará por los aires… y tu te lo pasarás con la nariz irritada la noche entera.
Otra de las razones por las cuales podrías despertarte en medio de la noche si duermes con tu gato es que… ¡los felinos son animales nocturnos! Por eso están dormidos durante el día y alerta cuando baja el sol. Tendrán ganas de jugar o de salir a cazar, pero no de quedarse a tu lado como si fuesen de felpa.
Y justamente en relación a eso ten mucho cuidado de dormir con el gato porque al menor movimiento que hagas se lanzará encima de ti cual predador encontrando su presa. No sabe distinguir que debajo de las mantas hay un pie o un dedo y no dudará en morderlo o arañarlo cuando se mueva. ¡Serás cazado por tu mascota!
Además de los alérgicos hay otros grupos de personas que no deberían dormir con el gato: los asmáticos, los bebés, los niños pequeños y las embarazadas. Si has adoptado a un gatito bebé tendrás que saber además de que extrañará a su mamá, es probable que por la noche llore y se ponga muy cerca de ti para recibir calor.
Las ventajas de dormir con el gato
No todas son malas noticias si estás pensando en permitir a tu felino que duerma contigo (en la cama o en la habitación). Por ello destacamos las “bondades de dormir con el gato”:
La relación entre la mascota y el dueño se ve reforzada. Si compartís una actividad tan bonita como dormir serás respetado por el animal, pero también muy querido. Puede que seas a la única persona que busque de toda la familia.
Sentir al gato a los pies de la cama es una sensación muy bonita, sobre todo cuando hace frío y te calienta los pies. Además, puede que escuches sus ronroneos de felicidad y te sientas el dueño más feliz del planeta.
Si el gato es tranquilo y durante el día no duerme lo suficiente, por la noche estará tan cansado como tú, así que no lo escucharás más que para respirar o acomodarse en la cama. Esa calma te la transmitirá a ti y tendrás un sueño maravilloso.
¿Eres de aquellos a los que les cuesta mucho despertar por las mañanas? No te preocupes porque tu gato actuará como un perfecto y puntual despertador apenas despunte el alba. Y por supuesto será tu compañero ideal para mirar una película en la cama.
Si has equilibrado la balanza en favor de dormir con tu gato, tendrás que cumplir con estas “reglas”:
Cepillarlo a diario para que no tire pelo en la cama.
Cambiar las sábanas una vez a la semana.
Lavar la ropa de dormir todas las semanas.
Ponerle un insecticida para repeler parásitos.
Completa el calendario de vacunas.
Limpiar la habitación a fondo semanalmente.
Poner una manta vieja para que se acueste.