Un 15 de julio, hace 7 años, se alzaba en el Congreso Nacional la bandera multicolor del orgullo gay con la sanción de la ley de Matrimonio igualitario y, desde ese entonces, según la estadística de los Registros Civiles, ya hay más de 16.200 parejas homosexuales que pudieron casarse.
El secretario de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), Pedro Paradiso Sottile, habló de estas cifras y de su significado: “Estamos orgullosos de que Argentina haya sido el primer país de América latina y el Caribe en aprobar la ley de Matrimonio Igualitario, como también de las miles de familias que se unieron en matrimonio civil en todo el país, en homenaje a la igualdad, en estos primeros 7 años”.
Y habló de la lucha histórica que realizan desde la entidad. “Celebramos el activismo que desde la CHA llevamos adelante en nuestros 33 años de lucha, porque le pusimos el cuerpo, el nombre y el trabajo para conquistar nuestros derechos y promover una democracia inclusiva, respetuosa de la diversidad. Hoy más que nunca ‘somos familias’ (ese es el nombre de una de las campañas que realizan a nivel nacional), y vamos por más derechos, siempre”.
El licenciado en Psicología de la UBA Alejandro Viedma, coordinador del grupo de varones gays de la asociación civil Puerta Abierta, señaló que la sanción de la ley de matrimonio igualitario “fue fundamentalmente un punto de inflexión porque fue el puntapié para discutir y sancionar otras leyes importantes e igualitarias como la ley de Identidad de género”. Para Viedma, un especialista en temas de diversidad sexual, lo valioso también es que los homosexuales adquirieron libertad para decidir si quieren o no casarse.
El psicólogo también destacó: “Hablar sobre la ley de Matrimonio igualitario permitió que circule fluidamente lo simbólico y, por ende, la salud y la felicidad de esas personas y eso incluyó también la dignidad y el cariño porque, en vez de silenciar y esconder el amor, se lo visibilizó, se lo compartió y se lo celebró”.
Tras hacer un balance de los pasos que dio la comunidad gay desde ese entonces, César Cigliutti, presidente de la CHA, dijo que, ahora, la prioridad es “la modificación de la ley Antidiscriminatoria para que incluya a la orientación sexual e identidad de género”. Y agregó: “Podemos casarnos, cambiar el registro de nuestros nombres de acuerdo a nuestra identidad de género, pero no tenemos una herramienta legal para enfrentar actos de discriminación y violencia por nuestra orientación sexual identidad y expresión de género. La modificación de la ley Antidiscriminatoria es una deuda de 29 años de la democracia para nuestra comunidad”.
Además, desde esta entidad apuntan a trabajar el proyecto de ley de “Libertad religiosa” dado que consideran que esto es “peligroso” y “un retroceso y una involución de los derechos conquistados” por la comunidad dado que -según ellos-, una concepción religiosa fundamentalista, deja todas las leyes alcanzadas supeditas al “derecho a la objeción de conciencia” de los funcionarios públicos.