Hace 13 años, un 15 de agosto de 2004, en los Juegos Olímpicos de Atenas, Manu Ginóbili realizaba una jugada extraordinaria que quedó inmortalizada para siempre entre los grandes recuerdos del deporte argentino.
Faltaban 3 segundos y 8 décimas y el partido ante Serbia y Montenegro se acababa con victoria para los europeos por 82-81. Pero un milagro iba a ocurrir. Argentina salió del fondo, Alejandro Montecchia avanzó por la izquierda y le dio el pase a Ginóbili que entraba por el centro.
Con un hombre encima y el tiempo a punto de consumarse, el crack bahiense se tiró de palomita para evitar la marca y lanzó la pelota que ingresó al aro y significó un histórico triunfo por 83-82.
Ese encuentro fue el primero del camino hacia la medalla de oro que llevó a ese grupo de jugadores a convertirse en la ‘Generación Dorada’ del básquet argentino.