El presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, tomó este mediodía juramento al abogado y docente universitario Carlos Rozenkrantz como nuevo integrante del máximo tribunal.
La ceremonia fue en el Palacio de Tribunales con la asistencia de familiares, representantes del ámbito judicial y académico, entre otros.
La llegada de Rosenkrantz se suma así a la de Horacio Rosatti, los dos juristas propuestos por el gobierno de Mauricio Macri para cubrir las dos vacantes que había en la Corte tras la jubilación de dos de sus integrantes.
Con el ingreso de Rosenkrantz al máximo tribunal, quedó completa la integración de la Corte Suprema. “Mi mejor argumento sobre por qué debo ser designado es que soy claramente consciente de que Argentina no necesita superjueces ni la exaltación de la individualidad, sino reconstruir una práctica de la ley del derecho que nos permita resolver los problemas”, había dicho cuando defendió su postulación en el Senado.
Rosenkrantz prometió ser “un juez que va a ejercer por arriba de toda actitud, el autocontrol” y destacó también como cualidad propia para integrar el alto tribunal su convicción de que “al país se lo cambia con política, no desde fallos judiciales”.
Rosenkrantz fue rector de la Universidad de San Andrés y participó en su juventud de los equipos de asesores jurídicos de la presidencia de Raúl Alfonsín.
Abogado, de 57 años, Rosenkrantz se recibió con honores en la UBA, tiene un magister y un doctorado en Derecho de la Universidad de Yale, y entre sus antecedentes figura su desempeño como rector de la Universidad de San Andrés. Antes fue profesor en la New York University; en la Richmond School of Law, en la Denver University, en la Universitat Pompeu Fabra, España y en la UBA.
Escribió el prólogo del libro Cosa juzgada fraudulenta, de Federico Morgenstern, un ensayo sobre la cosa juzgada írrita, figura jurídica que podría aplicarse para reabrir casos de corrupción que fueron cerrados en procesos irregulares.