La detención de José López, mientras intentaba esconder casi nueve millones de dólares en un convento, sigue ofreciendo detalles propios de una película de Hollywood. En Telenoche, los policías que participaron del operativo revelaron qué fue lo que pasó esa madrugada en General Rodríguez.
Tras el llamado al 911 los policías llegaron al lugar y se encontraron con el auto del exfuncionario K. El coche estaba en marcha, con las luces prendidas y los vidrios polarizados. No había nadie en el habitáculo.
Una monja respondió al timbre y negó que haya ingresado algún hombre en el predio pero, ante la insistencia de los policías, les abrió la puerta. A los pocos metros de haber ingresado en el monasterio Nuestra Señora de Fátima, los efectivos se llevaron una sorpresa. “Venía comiendo el hombre (por López), estaba normal, venía caminando y comiendo scones. Estaba tranquilo y hasta nos convidó”, relataron.
Ante las preguntas de la policía, el exsecretario de Obras Públicas se mostraba de buen humor, desentido de la situación. López dijo que era de Dique Luján y que no tenía el DNI en su poder. “Nos miraba fijo en una actitud sobradora, hacía chistes”, describió una de los cuatro oficiales. Sin embargo, cuando le preguntaron por los bolsos y tras el descubrir el fusil de guerra con mira laser y linterna, el humor del ex mano derecha de Julio De Vido cambió drásticamente.
Los bolsos estaban en el piso de la cocina. López quiso coimear a los efectivos: les dijo `tengo dinero`. Los oficiales no aceptaron, lo esposaron y lo subieron al patrullero. Una vez que llegó la fiscal a cargo de la causa, Alejandra Rodríguez, revisaron el auto. En el baúl descubrieron la valija roja que contenía otros fajos de dinero.
