Chapecoense es un equipo desconocido para muchos, fundado hace apenas 43 años. Pero el humilde club brasileño cuenta con una particularidad, a la que podría considerarse un lujo en el fútbol sudamericano: en apenas dos años y transitando recién su segundo torneo a nivel internacional, ya tuvo enfrente las camisetas de River, Independiente y ahora San Lorenzo. El año pasado fue eliminado por los Millonarios en los cuartos de final de la Copa Sudamericana ; esta temporada, se deshizo de los Rojos en los octavos. Anoche, el elenco brasileño disputó un partido de igual a igual con el Ciclón, en el certamen que más le mueve la aguja al equipo del entrenador Diego Aguirre . Y se llevó un empate 1-1 que complica notoriamente el panorama azulgrana.
Demasiado premio era para San Lorenzo si anoche se iba del Nuevo Gasómetro con un triunfo. El equipo -impreciso en los pases y los traslados- sufrió la ausencia de una de sus piezas clave, Fernando Belluschi , por estar suspendido. La señal de alerta quedará encendida para la revancha del 23 de noviembre en Brasil, porque el volante recientemente convocado al seleccionado nacional recibió dos partidos de castigo luego de su expulsión en Chile, frente a Palestino.
Fue prolijo y ordenado el elenco que jugó dos años el Campeonato Brasileño de Fútbol, entre 1978 y 1979, pero no regresó a Primera hasta el año 2014. Con pasos firmes empieza a disfrutar del roce con equipos de mayor envergadura. En el goleador Ananias, Chapecoense se encontró con un delantero atrevido y movedizo.
Para el Ciclón pasó el primer desafío frente a uno de los ‘Huracanes’. El de anoche con Furacão Oeste (Huracán del Oeste, como llaman al equipo brasileño); el próximo domingo recibirá a su rival de toda la vida, cruce para el que Aguirre avisó que no guardará nada.