Río le pasó la posta de los Juegos Olímpicos a Tokio

En un show a puro carnaval y música brasileña, la ciudad japonesa recibió la bandera olímpica y ya piensa en los Juegos de 2020.

Con un espectáculo carnavalesco, Río de Janeiro se despidió de los primeros Juegos Olímpicos en Sudamérica. La ceremonia de clausura duró una hora y media y Tokio, sede en 2020, recibió la bandera olímpica.

Tal como lo hizo en la ceremonia inaugural hace más de dos semanas, Brasil apeló de nuevo a su música como carta credencial para conmover al mundo. Un frenético ritmo de Sambódromo marcó la entrada de un grupo de bailarines con trajes multicolores.

Como un simbólico capricho meteorológico, los nubarrones negros cubrieron Río de Janeiro desde las horas previas a la inauguración. Una fuerte lluvia arrancó cuando atletas de todos los países entraron con sus banderas para ocupar sus asientos en el Maracaná. La bandera argentina la llevó Paula Pareto, quien ganó el oro en judo.

Al final los Juegos resultaron brillantes en lo deportivo y no experimentaron problemas graves para desarrollarse en 17 días. Durante los JJ.OO., la mayor vergüenza que atestiguó el mundo tuvo nombre y apellido: Ryan Lochte, el nadador estadounidense borracho que causó destrozos en una estación de servicio y luego inventó que lo habían asaltado.

Para la Argentina, estos Juegos fueron muy importantes. Se confirmó que el nivel de los deportistas argentinos creció y eso quedó demostrado en el medallero: desde Londres ’48 que no se conseguían tres preseas de oro en un JJ.OO. La mira está puesta en Tokio 2020, donde se buscará crecer aún más.