Ricardo Darín generó una gran polémica al hacer un análisis sobre la situación actual que se vive en la Argentina y el desempeño del gobierno. Recibió muchas críticas al manifestar al diario Clarín que le daba “un año de crédito” a la gestión de Mauricio Macri para ver cómo trabajaban.
Al respecto, el actor explicó que “sacaron de contexto” sus declaraciones y manifestó que “la gente no lee notas enteras, se maneja por títulos, y reacciona visceralmente sin tener plena conciencia de qué es lo que dice”, en una entrevista con el ciclo radial Agarrate Catalina.
Además, explicó: “Le tengo que hacer un tirón de orejas al señor que me hizo esa nota, porque yo hablé pura y exclusivamente de cuestiones de trabajo en esa nota. Después, sobre el final, me preguntó sobre cómo veía las cosas, cómo estaba la situación (…). Le dije que es necesario darle tiempo a esta gente [al gobierno] para que haga su trabajo. Dije un año como una metáfora, me parece que hay que darle un año para trabajar, para ver dónde están parados, qué es lo que se encuentran, qué resuelven y qué proponen”.
En diálogo con Catalina Dlugi por La Once Diez, Darín manifestó que fue muy cuestionado por sus declaraciones políticas: “Los macristas me dijeron barbaridades, y también me dijeron barbaridades los antimacristas. Llegué a la conclusión de que no tengo que interesarme por la opinión de los demás. Hay tal virulencia porque es muy fácil ocultarse detrás de un blog, me cansé de eso”.
Asimismo, Ricardo enfatizó: “También me acusaron porque dije que me parecía bueno que el gobierno tuviera la capacidad de reacción ante errores cometidos. Me dicen ‘sí, bueno, no se puede aprender sobre la marcha’. Quiero decir que los integrantes de un gabinete aun así, son seres humanos. No creo que estén pensando en cagar a los demás. Les pueden salir las cosas mal o pueden estar equivocados en el rumbo. Si te das cuenta de que te equivocaste en una medida, lo bueno es que la corrijas, rápido”.
Por último, hizo referencia a la “grieta” entre los argentinos y el contexto social actual: “El problema somos nosotros, la gente que nos gobierna no viene de Hungría, y evidentemente las cosas se resuelven de abajo para arriba, no de arriba para abajo, ya eso sabemos que no funciona… Un día nos vamos a dar cuenta que la única forma de mirar para adelante y pensar en veinte o treinta años es tener siete, ocho puntos básicos esenciales y acordados que tienen que ver con la justicia social, la educación, la salud, el trabajo, la vivienda”.