El 15 de diciembre de 1992 Ricardo Barreda tomó una decisión que cambiaría su vida por completo. Fue al lugar donde tenía guardada su escopeta marca Víctor Sarasqueta, la cargó, y no tuvo piedad al disparar. Primero fue contra su mujer y una de sus hijas. Luego, contra su suegra y su otra hija. Por el múltiple crimen fue condenado. El año pasado recuperó su libertad y hace pocas semanas fue visto muy desmejorado en un hospital de Pacheco. Ayer, en el día en el que cumplió 80 años, sus vecinos le hicieron un festejo, con torta incluida.
Las imágenes, reproducidas en Twitter por el periodista Rolando Barbano, muestran el festejo que le hicieron varios de los vecinos de Barreda. En el video, se escucha a una mujer decirle a Barreda: “Pedí tres deseos”.
Que los cumplas feliz, Barreda, le cantan los vecinos. pic.twitter.com/n1H1i6pRQ6
— Rolando Barbano (@rbarbano) June 16, 2016
El 30 de diciembre del año pasado, Barreda recuperó su libertad condicional y salió del penal de Olmos donde estaba preso por el cuádruple crimen. En 2014, un juez había revocado ese beneficio por considerar que era “peligrosa” la convivencia que mantenía con su pareja de entonces, Berta “Pochi” André, en Belgrano.
A fines de mayo, Barreda apareció desmejorado en un hospital de Pacheco, con la mirada perdida y abandonado en la sala de espera. La foto de él en muy mal estado físico se viralizó rápidamente, luego de que una chica lo posteara en Facebook, y los médicos decidieron internarlo porque “desvariaba”.