Algo de luz en la penumbra de una investigación polémica, contradictoria y que parece no tener más que un camino sinuoso: la autopsia psicológica que se hizo sobre el fiscal Alberto Nisman no se pudo cumplimentar en la forma en que la jueza Fabiana Palmaghini lo había solicitado.
Pero también el informe estableció que el titular de la UFI-AMIA no presentaba al momento de su muerte “un síndrome o trastorno psíquico asociado a conducta autodestructiva” que hiciera creer que pudo suicidarse.
El estudio fue elaborado por una junta de diez expertos en psiquiatría del Cuerpo Médico Forense y de cada una de las partes. “Este informe es un indicio más de algo que venimos sosteniendo, con pruebas mucho más concluyentes como la falta de pólvora en las manos, un escenario sin huellas o que le borren los datos del teléfono celular: Nisman no se suicidó”, dijo el abogado Manuel Romero Victorica, querellante en nombre del las hijas del fiscal.
Un dato indica que no se pudo reconstruir en detalle lo que ocurrió con Nisman en los tres días anteriores a su muerte. Ese período coincide con el tiempo que van desde que presentó la denuncia contra el anterior gobierno por encubrimiento de los iraníes acusados del atentado a la AMIA, el 14 de enero de 2015 al mediodía, y el momento en que presuntamente murió, el domingo 18 por la mañana.
Los peritos oficiales y de parte explicaron también que no pudieron analizar una historia clínica psicológica de Nisman porque no hay constancias de que el ex fiscal hubiera estado bajo terapia.
Por otro lado, la hija mayor del fiscal, familiar más cercano con el que mantuvo contacto directo en Europa y de quien se separó para viajar a la Argentina para formular la denuncia, no pudo ser entrevistada por los expertos.
¿SE VIENE EL FBI?
La autopsia psicológica era esperada como el paso previo para avanzar en el peritaje integrador entre los médicos forenses y los peritos criminológicos para tratar de determinar cómo murió Nisman. El ministro de Justicia, Germán Garavano, anunció públicamente la posibilidad de que expertos del FBI pudieran colaborar con el peritaje integrador, que ahora tiene la vía despejada para su realización.
Solicitada por los abogados querellantes que representan a las hijas de Nisman y recomendada por Gendarmería, la pericia psicológica busca establecer, en un contexto histórico, cómo era el fiscal y cómo se encontraba en los tiempos mediatos e inmediatos anteriores a su muerte.
Según el informe los peritos señalaron que “se trabajó en una aproximación psicobiográfica, que resultó circunscripta y condicionada por algunos aspectos, como la falta de documentación médica o de salud mental”. También destacaron que el entorno al que se entrevistó “si bien perteneciente al grupo afectivo y laboral más próximo, a excepción de uno de diez entrevistados, no convivió con el occiso en las últimas 72 horas”.
Los expertos señalaron que “de la investigación penal no nos fue posible inferir el entorno emocional inmediato y contexto y/o circunstancias tales como si estaba solo, acompañado y en ese caso que clase de vínculo se estableció en dicho momento -afectivo, violento, amenazante, reconfortante, extorsivo u otro”.
Explicaron también que “las videograbaciones del lugar del hecho no fueron lo suficientemente esclarecedoras, para este grupo de peritos, a la hora de deducir aspectos personales del mismo”.
LAS CONCLUSIONES
Pese a que descartaron, casi, un perfil suicida en Nisman, los especialistas marcaron puntos que no pudieron dilucidar.
“No se ha podido cumplimentar con el peritaje de autopsia psicológica, por carecer de los elementos de análisis requeridos para ello, tal como fuera inicialmente explicitado y fundada en el rastreo bibliográfico del tema; efectuándose como fuera manifestado oportunamente una aproximación psicobiográfica”.
“No se ha arribado a diagnóstico de personalidad, habida cuenta de no haber contado, por inexistencia de documentación específica (historia clínica, antecedentes, tratamiento psicológico y/o psiquiátrico, informantes calificados y objetivos), que solo en parte podrían sustituir la evaluación directa del sujeto de estudio”.
“No obstante, del grupo de personas entrevistadas y de las constancias de autos que se analizaron, no es posible inferir elementos de valor psicopatológico que permitan deducir que el occiso cursaba -al momento de su muerte- un síndrome o trastorno psíquico asociado a conducta autodestructiva”.