El registro de un nuevo Yaguareté en el Parque Provincial Salto Encantado fue una gran noticia para quienes trabajan desde hace tantos años en el Corredor Verde y según ellos, está demostrando que aún está vivo.
“Pero también nos avisa de que este es el momento para recuperar las zonas que se han visto más modificadas para garantizar la conectividad para siempre y de terminar definitivamente con los atropellos al monte”, se comunicó este mediodía desde la Red Yaguareté.
“Que un gobernador diga explícitamente en varios discursos que no permitirá que se avance sobre la selva es un gesto político magnífico que Misiones tiene que aprovechar ahora mismo, y no me refiero solamente a los organismos de gobierno, me refiero especialmente a la población en general, todos quienes aman la selva deben salir a defenderla a capa y espada hoy mismo, salirse de la queja por redes sociales y accionar en concreto; hacer denuncias formales cuando vean ilícitos, cuidar el monte que tengan en sus propiedades o las de sus familiares y amigos, circular y exigir a quien los lleve a respetar las velocidades establecidas por las rutas para no matar fauna que intente cruzarlas, difundir cada vez que la selva les regale momentos valiosos, porque la responsabilidad es de todos, este es el momento en el que la selva nos necesita a todos.”, indicó Nicolás Lodeiro Ocampo, de la Red Yaguareté.
Justamente el objetivo de fondo del Corredor Verde, que fue entonces una iniciativa innovadora, es que la fauna pueda transitar por toda la selva que aún existe en la provincia y que casi ha desaparecido en su totalidad en los vecinos Brasil y Paraguay.
La dinámica natural del yaguareté -y de muchas otras especies- es desplazarse grandes distancias, los jóvenes -y los viejos cuando son desplazados por éstos- deben encontrar sus propios territorios, muchas veces a decenas de kilómetros de donde nacieron. Para ello recorren amplias zonas y necesitan entonces cobertura boscosa para refugiarse, agua, presas y evitar ser cazados o atropellados en ese recorrido.
Salto Encantado es el área protegida más austral de las sierras centrales con capacidad para albergar al gran felino, pero los que habiten en él, deben tener la posibilidad de llegar desde zonas de más al norte o de poder desplazarse en esa dirección, encontrando esas características favorables para vivir.
“Uno de nuestros objetivos es ‘blindar’ las zonas ganaderas para que los yaguaretés nuevos que se establezcan en el área ya no puedan acceder al ganado doméstico y así evitar conflictos. La convivencia requiere de esto y de la apertura de los ganaderos a modificar ciertas pautas no complejas de manejo. Lo estamos logrando, tenemos ataque cero en los potreros adaptados durante los últimos 4 años y los Manchados siguen caminando el Valle del Cuñá Pirú”, señalaron desde la Red yaguareté.