Sólo en una semana fallecieron al menos 700 refugiados en el mar Mediterráneo al intentar cruzar en precarias embarcaciones desde el norte de África a Italia.
La organización internacional Médicos Sin Fronteras (MSF), por su parte, registró en su cuenta de la red social Twitter que “alrededor de 900 personas podrían haber muerto en el Mediterráneo Central en la última semana”.
La escalofriante cifra difundida por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) es estimada y basada en testimonios de supervivientes, corresponde a los tres naufragios consecutivos del miércoles, jueves y viernes pasado, dijo la vocera de la agencia de la ONU, Carlotta Sami.
Fue ella quien precisó que “550 personas que se encontraban a bordo de un barco que naufragó el jueves están desaparecidas, otras 100 aproximadamente podrían estar atrapadas en la bodega de un barco que se hundió el miércoles y un número desconocido de personas está desaparecido tras un naufragio ocurrido el viernes”.
Los sobrevivientes dijeron, de acuerdo a los datos de Acnur, que hay más personas desaparecidas de otros barcos.
“Si sumamos estos terribles números, calculamos que hay al menos 700 víctimas, aunque no estamos seguros en cuanto a las cifras y la identidad de las víctimas”, explicó Sami.
Los cierres de las fronteras internas y externas de la Unión Europea (UE) para frenar el avance de los refugiados hacia los países más ricos y desarrollados del norte europeo, y el acuerdo firmado entre el bloque regional y Turquía para deportar masivamente a los refugiados, forzaron a miles de personas a volver a utilizar la ruta desde África, una vía mucho más peligrosa.