El Real Madrid volvió a derrotar en una final de Champions League al Atlético Madrid dirigido por el Cholo Simeone. Esta vez fue desde la tanda de penales. Y el que se llevó todos los laureles, a pesar de no haber tocado la pelota en casi todo el partido, fue el portugués Cristiano Ronaldo.
Se puede hablar de merecimientos, de eficacia, de mística, de historia, de juego, pero ya nadie le quitará la undécima “orejona” al conjunto de la casa blanca.
En la previa se habló de los estilos de juego, de la tenencia de pelota y control del partido del Real, y del planteo que propone generalmente el Cholo, jugando un poco mas de contra y priorizando muchas veces el aspecto defensivo.
Hoy se repartieron los tiempos, el primero fue para el Real y el segundo para el “Aleti” que por momentos arrinconó a su rival, lo atacó y lo buscó.
En el fútbol no siempre gana el que lo merece. En esta oportunidad lo ganó el Real, pero lo mereció el Atlético. Los penales ¿Una lotería o no?, tal vez nunca nos pongamos de acuerdo, pero está claro que si no la metes, perdés, y eso le paso al colchonero.
De esta manera Real Madrid festejó la conquista de su undécima Liga de Campeones de Europa, lo que representa la mejor cosecha desde la creación del torneo.
Cristiano Ronaldo convirtió el penal decisivo para la coronación en una tanda que se desniveló cuando el defensor Juanfran estrelló su disparo en el palo.
El “Merengue” abrió el marcador a los 15 minutos del primer tiempo por intermedio de su defensor y capitán Sergio Ramos; mientras que el belga Yannick Carrasco -reemplazante del argentino Augusto Fernández- igualó a los 32 del segundo para Atlético, que falló un penal en los pies del francés Antoine Griezmann (2m.ST) cuando se equipo estaba en desventaja.