De hecho, para el experto, con bañarse una o dos veces a la semana es suficiente.
Obviamente, esta premisa es variable de acuerdo al estilo de vida. Por ejemplo, quienes se ejercitan diariamente, pueden elegir no ducharse todos los días, pero querrán hacerlo para no oler a transpiración.
“A mis pacientes que se bañan a diario, les aconsejo no hacerlo en todo el cuerpo”, sostuvo Mitchell. “Mejor concentrarse en axilas, trasero e ingles, que son las zonas que producen las secreciones más olorosas. El resto del cuerpo no necesita tanto jabón”, agregó.
El médico argumentó que pasar demasiado tiempo a la semana bajo el agua, sobre todo caliente, puede traer consecuencias como piel seca e infecciones cutáneas.