Google posee una gigantesca colección de datos gracias a sus muchos negocios y servicios en la Red. No solo es un buscador de páginas web; también es el responsable del mayor sistema operativo de la era móvil (Android), el proveedor de correo electrónico de más de 1.000 millones de personas (Gmail), un enorme agente publicitario, el creador de los mapas digitales más utilizados en el mundo y el propietario de YouTube, entre otras cosas.
Todos estos frentes le permiten tener una visión muy clara de las preferencias y actividades de los internautas, algo fundamental cuando tu negocio depende de servir publicidad online de forma efectiva.
Una escalofriante telaraña
Lo primero que conoce es tu historial de búsquedas. Lo almacena durante dieciocho meses asociado a una cookie, un indicador que se instala en el PC o el móvil cuando navegas por primera vez en la web de Google. Si estás dado de alta como usuario de Google, esta cookie permite identificarte con tus datos. Al acabar ese tiempo, la empresa convierte en anónimos los datos para su uso interno.
Este sistema hace que los anuncios te persigan por la Red. Tras buscar información sobre productos o servicios, en los días siguientes ves publicidad relacionada con ellos. Esto posibilita a Google ser más efectivo que otras redes de anuncios y atraer a más empresas que buscan publicitarse.
También conoce tu ubicación gracias a la combinación de dispositivos móviles y las diferentes versiones de su app de mapas. Si usas Gmail, escanea de forma automatizada tus correos en busca de palabras clave que puede usar para servir publicidad; y si estás registrado en YouTube, sabe qué vídeos has visto y por cuánto tiempo.